Una de las bases que sostiene la obsolescencia programada es que activa la economía de los países desarrollados. En los años veinte, con la producción en masa, los precios bajaron y los consumidores compraban todo; los artículos que eran durables afectaron los ingresos de los negocios, porque ya no había qué comprar. Por ejemplo, Henry Ford desarrolló autos durables, que no pudieron competir con la estrategia de General Motors.

Esta última empresa dio un giro al negocio con un automóvil más atractivo en diseño, aunque menos duradero, lo cual aumentó las ventas de la firma y las personas pensaban que el modelo de Ford era viejo, complicado y obsoleto. Este hecho impuso la tendencia de cambiar los autos cada tres años por uno “moderno” y así repuntó la economía, según un documental de Cosima Sannoritzer.

El hacer más frágiles los objetos no solo afecta a la industria automotriz. “Puede ser que se haga de forma programada la obsolescencia de los aparatos electrónicos para que siga caminando la tecnología en esta evolución de investigación y desarrollo. A la PC le tomó 20 años llegar al 20 por ciento de la población en México, en cambio a las tabletas tardaron dos años en alcanzar este porcentaje”, expresó Cristina Rivas, gerente de Consumo IDC México.

Agregó que para evitar el consumo irracional, el usuario final debe pensar para qué quiere utilizar la tecnología y aprender a explotar casi al cien por ciento todas las capacidades del mismo. Por ejemplo, una computadora de escritorio permite crear contenidos, presentaciones, hacer diseño, edición de contenidos audiovisuales, programar y responder de manera rápida en videojuegos; en cambio una tableta, es para consulta de contenidos, responder algunos correos, procesar textos y jugar aplicaciones sencillas.

Por otro lado, Saúl Cruz expresó que no concuerda con la postura de que se pueden generar más empleos con la obsolescencia programada en los aparatos. “Significa venderle lo mismo, ligeramente mejorado, a las mismas personas. Eso no está incentivando a la economía, ese es uno de los problemas que tenemos con smartphones y aplicaciones móviles, que realmente los únicos usuarios que están reemplazando cada 12 o 18 meses sus dispositivos son las personas que ya tenían uno. No tenemos la capacidad de llevar los teléfonos o tabletas a toda la población. Estamos renovando tecnología a quien siempre la compra, esto no genera trabajo”, señaló Saúl Cruz.

Dijo que una opción es desarrollar nuevos dispositivos que complementen las funciones de smartphones, tabletas o PC.

Refirió que es más relevante desarrollar productos con servicios que faciliten la vida, completar y explotar la función de los dispositivos para ser más productivos.

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