Lisboa.— El cineasta portugués Manoel de Oliveira, quien murió el jueves a los 106 años, fue enterrado ayer en su ciudad natal, Oporto ante la asistencia de las principales autoridades de Portugal, informó la prensa local.

El primer ministro del país, Pedro Passos Coelho y el presidente de la nación, Aníbal Cavaco Silva, estuvieron presentes en el funeral y le rindieron un último homenaje al cineasta.

Passos Coelho afirmó que la cultura portuguesa perdió con De Oliveira a una de sus figuras más destacadas, mientras que Cavaco Silva describió al director de cine como “ejemplo para las jóvenes generaciones”.

En el funeral, que tuvo lugar en la parroquia de Cristo Rey, también estuvo presente el actor estadounidense John Malkovich, que participó en varias películas del fallecido realizador portugués.

Decenas de admiradores y curiosos se reunieron también alrededor del templo en un día decretado de luto nacional en Portugal.

Tras la ceremonia, el cortejo fúnebre partió hacia el cementerio de Agramonte, donde se realizó el entierro.

De Oliveira, considerado el cineasta activo más longevo del mundo, falleció el jueves en su casa en Oporto a causa de un fallo cardiaco.

Hasta diciembre pasado, el realizador tenía planes de rodar una nueva película y tres meses antes había estrenado el corto O Velho do Restelo en el Festival de Venecia.

El gobierno dispuso dos días de duelo en todo el país. Oporto, ciudad en la que nació en diciembre de 1908, decretó tres días de luto oficial.

De Oliveira estrenó su primera película, Douro, faina fluvial a la edad de 23 años, y su fascinación por el séptimo arte lo llevó a abandonar su carrera como corredor.

En la década de 1950 se familiarizó en Alemania con la técnica de las películas en colores. En esa época estrenó pocas películas en Portugal porque la dictadura que imperaba en su país censuró muchas de sus obras.

Durante casi un siglo de producción en el que fue testigo de la transición del cine mudo al sonoro, el director dejó cerca de 60 películas, una de las más conocidas es Vale Abraão.

Asimismo, el cineasta recibió varios reconocimientos internacionales a una obra muy apreciada en Europa y Brasil. Francisca (1981) , El convento (1995) , Un viaje al principio del mundo, (1997) La divina comedia (1991) y Una película hablada (2003) son algunas de las obras más emblemáticas de su carrera, filmadas la mayoría cuando tenía más de 80 años.

El estilo a contracorriente de hacer cine de De Oliveira —usaba planos cuidados y lentos en un intento de establecer una armonía entre la palabra y la imagen— atrajo a famosos actores como Malkovich, Catherine Deneuve, Marcello Mastroianni, Marisa Paredes o Pilar López.

“Su obra es tan rica que no puede ser descrita en unas pocas frases”, declaró quien fuera durante muchos años su productor, Paulo Branco.

En 1994, el portugués fue galardonado por su trayectoria con el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia, mientras que en 2007 recibió el distinguido premio de honor de la Academia de Cine Europea.

En un homenaje que le realizó el Parlamento portugués hace cuatro años, De Oliveira demostró que poseía un fino sentido del humor: “En tiempos de crisis y ahorro me ahorraré las grandes palabras”, dijo. “Agradezco al Parlamento este gran honor. ¡Que viva el cine!”.

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