El INAH Querétaro pedirá a la federación recursos para reparar al Cristo del Templo de La Cruz, el dictamen técnico de los daños lo entregará al gobierno federal y a la Fiscalía General del Estado, informó Rosa María Estela Reyes García, directora del instituto.
Recordó que la escultura es del siglo 18 y fue dañada por un desconocido el pasado 5 de agosto, al derribar la figura del altar donde estaba colocado.
Añadió que el gobierno federal cuenta con un seguro para las obras a cargo del INAH, por lo que en cuanto la restauradora emita el dictamen, lo turnará a las instancias nacionales del Instituto. Se trata de información que deberán analizar el área jurídica, la Comisión Nacional de Restauración y Oficinas Centrales del INAH.
Por lo que una vez que sea autorizada la intervención, dijo, podrán intervenir la escultura los especialistas de Querétaro.
“Se trata de un Cristo del siglo 18 y corresponde al Patrimonio de la Humanidad, dentro del decreto federal de protección de patrimonio artístico resguardado en los templos (…) la restauradora está haciendo el dictamen técnico de los daños, con esto se hace un trámite al seguro que todas las obras de arte tienen a través de la federación”, explicó.
Reyes García recordó que en otra ocasión el INAH solicitó activar el seguro para restaurar alguna imagen al resguardo del Museo Regional o de alguna iglesia; la humedad provocada por lluvia fue una de las causas, también algún percance durante el traslado o durante una fiesta patronal.
Por separado, Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro, descartó que el daño patrimonial vaya llevar a que se oculten de la feligresía las imágenes en resguardo de la Iglesia Católica.
“De ninguna manera [se resgardarán], las imágenes se han puesto para la veneración del pueblo, no podemos esconderlas, no son piezas del museo. El Papa ha dicho que la Iglesia es una Iglesia que ha caminado a lo largo de la historia y en muchas ocasiones es una Iglesia accidentada. No, preferimos correr el riesgo que resguardar las imágenes para que nadie las toque.
