No. Esa tarde no. No hubo temor, miedo, vergüenza. Hubo alegría, fiesta, sonrisas, abrazos, respeto y amor, mucho amor. Amor al prójimo, a los semejantes, a quienes viven su libertad, a quienes aman. La tarde del 14 de junio, en las calles de Querétaro, la diversidad sexual fue dueña de la ciudad, en la novena marcha del Orgullo y Dignidad LGBT+ en Querétaro.

La cita era a las 16:00 horas, pero desde mucho antes los participantes llegan al jardín Guerrero. Ahí hay stands de diversos productos que ofrecen emprendedores de la diversidad.

También se ofrecen pruebas rápidas de VIH y se da orientación sobre el uso de preservativos, tanto femeninos como masculinos. Los interesados son desde hombres de mediana edad, hasta adolescentes que se acercan, algunas acompañadas de sus padres, quienes también escuchan con atención la explicación. Se sorprenden de no saber la manera correcta de desechar los condones. Han vivido en el error, dicen.

El día nublado y fresco no impide a los participantes acudir al jardín Guerrero a su cita anual. Integrantes de la comunidad LGBT+, así como aliados, se unen para salir a exigir dignidad, igualdad de derechos, respeto. Pero también lo hacen para salir libres, sin el miedo de ser juzgados por la gente en la calle.

Este día, no. Este día la gente se detiene a ver su paso, les aplauden, mueven banderas del arcoíris desde las puertas de los negocios. Las encargadas y los encargados de los locales salen a ver la parada. Son saludados por la comunidad.

Este día también sirve para reencontrarse con viejas amistades. Ahí se vuelven a ver, se abrazan, se dan un beso, preguntan por tal o cual amistad, familiar. Se ponen al día con las novedades. Se ponen de acuerdo para marchar juntos.

Las sonrisas se ven en los rostros de los asistentes. Sonríen a los desconocidos, con quienes cruzan una mirada por unos segundos. El gesto es correspondido. Aquí todos son amigas, amigos, amigues, sólo que no los han presentado aún.

A un costado de la Fuente de Neptuno se colocan puestos de múltiples empresas aliadas de la comunidad. También hay personas que pintan el rostro de los participantes con los colores del arcoíris, dibujando corazones multicolores. Una batucada ameniza los momentos previos.

El jardín Guerrero comienza a llenarse de gente. A través de un megáfono una persona organiza a la comunidad para que se formen, que conserven un orden y salgan caminando hacia la calle de Allende.

Lo mismo se ve a grupos de jóvenes, parejas, que a familias con niños que salen a marchar. No hay exclusión. Los primeros contingentes son de la comunidad con discapacidad auditiva; luego, con discapacidad motriz y el colectivo trans y no binario. Luego, el grueso del contingente.

La lluvia acompaña durante buena parte del recorrido a la comunidad que camina por Allende rumbo a avenida Universidad. Por momentos la lluvia arrecia. Salen los paraguas multicolores. El ánimo no decae. No importa pasar por los charcos. Se convierten en un motivo más para divertirse.

Durante el recorrido la música ameniza y alegra a los participantes de la marcha.

En Universidad se unen los vehículos. Plataformas y turibuses inician desde esta vialidad su recorrido en la marcha. Por lo estrecho de la calle de Allende estas unidades no pueden acompañar desde su arranque.

La marcha luego recorre avenida Corregidora rumbo a Zaragoza. A su paso los queretanos y visitantes observan el paso de la comunidad que gritan consignas como “Ese mirón también es maricón”, “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”. Otros llevan carteles con consignas o mensajes, como “Marcho por lxs que murieron amando a alguien en secreto”.

A lo largo del recorrido son muchos los locales y comercios que lucen la bandera del arcoíris, en solidaridad, en una muestra de empatía con la comunidad. Es un mensaje de aceptación, de arropar a sus integrantes. Un hotel, en la esquina de Zaragoza y Corregidora luce en su terraza las diferentes banderas de las distintas identidades.

La lluvia desaparece por momentos, dándole así un respiro a los participantes de esta marcha. No es la primera ocasión que la parada se lleva a cabo bajo la lluvia.

Los primeros participantes de la marca llegan a Plaza Fundadores, punto marcado para la conclusión de la misma, poco después de las 18:00 horas. Ahí, un gran escenario ya espera para llevar a cabo un concierto, donde la estrella principal fue la cantante María León, quien hizo las delicias de los asistentes.

Una vez más, la comunidad de la diversidad sexual le dio color a las calles queretanas. Ni siquiera el cielo gris opacó el brillo de los vestidos, el maquillaje, las sonrisas, la ilusión, el amor, la felicidad de salir por un día en libertad, sin temor, sin escuchar cuchicheos en las espaldas, sin risas ni burlas. Una tarde donde todos pueden ser ellos mismos, sin ser juzgados por aquellos que no entienden que el amor es tan grande que no sabe de prejuicios ni de normas sociales.

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