“A mi me interesa que a Carmen se le haga justicia en su muerte, porque la vida nunca le hizo justicia. La vida de Carmen fue triste”, afirma Ofelia del Castillo Guillén quien al cumplirse dos años del homicidio de María del Carmen Camacho Chavero, de 22 años, quien dejó en la orfandad a un bebé que en aquel entonces tenía 10 meses de edad, pide esclarecer el crimen y castigar a los culpables del asesinato que conmovió a la comunidad de Concá, municipio de Arroyo Seco.

De profesión maestra, Ofelia del Castillo recuerda que Carmen fue asesinada de un modo violento y perverso, pues a la joven la privaron de la vida y los asesinos dejaron a su bebé de 10 meses junto a su cuerpo.

Ese niño estuvo durante 48 horas al lado de su madre, gateando, en total oscuridad, porque hasta las luces apagaron, sin alimento, amamantándose de su madre muerta. Fue algo muy triste, porque mi padre la encuentra [el cadáver] dos días después en estado de descomposición. En toda la casa había sangre, donde el bebé había gateado y regado toda la sangre”, narra.

Recuerda que ella estuvo en todo momento al teléfono con su progenitor al momento de hacer el hallazgo y hasta que salió del domicilio. Agrega que fue algo que en su momento conmovió al municipio serrano, ya que en el sitio no se presentaban delitos de ese tipo cometidos con tanta saña.

“Ahora hay miedo, la gente se encierra temprano. Esto fue algo que conmovió hasta lo más profundo a mucha gente y la gente tiene miedo. La gente me pregunta si no tengo miedo de vivir en la casa, pero yo no siento temor de vivir ahí, porque siento que he hecho lo que tengo que hacer y mi conciencia está en paz. Estamos aquí para recordar, porque las autoridades apelan al tiempo para el olvido, y apelan a las justificaciones para el perdón”, apunta.

Ofelia explica que su hija, Lorena, fue amiga de Carmen, por lo que así fue que conoció de su historia y devino el desenlace. La vida de la joven fue triste, pues a temprana edad su madre murió en la casa de su tía, quien a los seis años la crió y quien estuvo detenida como sospechosa de su muerte.

“Carmen queda huérfana a cargo de su abuela. Luego ésta la lleva con esa tía que estuvo detenida, donde era la Cenicienta de la casa. Carmen tenía una vida muy triste. Mi hija se hizo amiga de ella porque me decía que quería más dinero para comprarle un lunch a Carmen, porque siempre iba con hambre a la escuela. Carmen nunca iba a hacer una tarea porque nunca la dejaban ir a hacer una tarea en equipo. Terminó hasta la prepa con mi hija”, dice.

Incluso la joven estuvo viviendo un tiempo con ella porque la corrieron de la casa de su tía tras la ruptura con su pareja sentimental. Luego le permitió vivir en el domicilio donde se perpetró el crimen, pues con los 660 pesos que ganaba a la semana en su trabajo no podía pagar una renta, comprar pañales y leche para su hijo, sitio donde estuvo poco menos de tres meses, hasta el día que la privaron de la existencia.

Vida triste. Un hecho que recuerda Ofelia es que su hija le comentó que unos meses antes del homicidio ella y Carmen descubren a la tía de ésta última en el domicilio por la noche.

“A mi hija le queda el trauma de que ya andaban tras Carmen, porque sí había varios motivos que se pueden presumir como móviles, puesto que Carmen tenía una relación muy tensa con esa tía por tanto maltrato que recibió de niña y se hizo rebelde. Inclusive Carmen amenazaba con que iba a divulgar situaciones personal de la tía y que le iba a contar a su tío”, abunda.

Ofelia explica que hay testigos que vieron a la tía de Carmen salir en compañía de otra persona a las dos de la madrugada del 23 de marzo; autoridades estimaron la muerte de la joven entre las 21:00 y las 22:00 horas del 22 de marzo.

La mujer estaba limpiando la puerta del domicilio con una botella de cloro, quizá borrando huellas o limpiando la sangre, agrega, al tiempo que subraya que el primo de Carmen, quien vive actualmente en Estados Unidos, presentaba rasguños en el cuello.

“En la sierra se estila que quien comete un delito se va a Estados Unidos, allá es protegido. Esto nos ha generado mucha inconformidad, y yo y varios compañeros hemos estado insistiendo en que Carmen no sea un caso más”, subraya.

Agrega que el primo de Carmen, en alguna ocasión en estado de ebriedad, confesó a algunos conocidos que abusaba de su prima desde que era niña.

Hasta la fecha no se ha llevando a proceso a nadie, dice Ofelia, quien recuerda que en mayo de 2015 se liberó una orden de aprehensión porque se encontraron evidencias en contra de la tía de Carmen, pero seis meses después se le otorgó un amparo federal y la mujer está en libertad.

Ofelia enfatiza que no cree que haya corrupción, sino que las autoridades se niegan a declarar este crimen como feminicidio, pues también fueron perdidas evidencias del crimen, lo que orilló a la maestra aa movilizarse en noviembre de 2015 y provocar que el caso se ventilara a nivel nacional, toda vez que sus protestas fueron en la Ciudad de México.

Precisa que en la investigación hecha por las autoridades hay inconsistencias, pues sospecha que las evidencias fueron manipuladas, ya que la primera investigación arrojó unos resultados, y la que se hace ocho meses después las pesquisas arrojan otros resultados.

Añade que el hijo de Carmen actualmente está bajo la custodia temporal del padre, aunque se requieren pruebas de ADN para confirmar la paternidad, ya que Carmen sólo lo registró a su nombre.

“Insisto tanto porque lo viví de cerca. Era alguien muy querida por mí, era la mejor amiga de mi hija. Insisto tanto porque yo tuve que limpiar la sangre de Carmen porque no había quien lo hiciera, tuve que hacerlo con mi hermana, porque mi esposo y mis hermanos varones estaban dispuestos, pero salen y me dicen, con lágrimas en los ojos, que no podían hacerlo. No quiero una Carmen más”, puntualiza.

Marchan por Carmen. Ayer mismo, Ofelia del Castillo y un grupo de personas marcharon de la Alameda Hidalgo a Plaza de Armas para exigir a las autoridades del estado que se esclarezca el crimen a dos años de que ocurrió, y pedir que no ocurra un caso más.

Del Castillo Guillén, del mismo modo, aclaró que por parte de las autoridades no ha recibido presiones, pero de la familia de Carmen sí, incluso ha sido amenazada en su integridad física.

Asimismo, precisó que en la Sierra Gorda se han presentado otros casos de crímenes que han quedado impunes, pero las autoridades no resuelven los mismos, entre homicidios y violaciones, como la ocurrida en contra de una menor de 12 años de edad, ocurrido en junio del año pasado, quien fue abusada por un sujeto de 37 años.

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