Los esquemas de incentivos promovidos en las entidades del Bajío, como Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato y San Luis Potosí, el avance de la infraestructura de transporte y su relativo aislamiento de la violencia en esta región respecto a las entidades de la frontera del país, hacen de este lugar un nuevo y palpitante corazón manufacturero, que atrae inversiones externas y dinamiza la competitividad de los sectores automotriz y de electrónicos, incluso frente a la fortaleza de naciones asiáticas como China, refiere un reporte de la firma estadounidense Stratfor.

Estos territorios centrales de México, proveen además a un gran grupo de trabajadores calificados y atraen recursos productivos del exterior, gracias a que los gobiernos de dichos estados comenzaron en 2006 a construir infraestructura e instalaciones para capacitación, vendiendo bienes raíces y proveyendo de un amplio número de otros beneficios.

Adicionalmente, los ferrocarriles que conectan estos puertos a Estados Unidos se han vuelto mucho más eficientes desde que fueron privatizados en 1995.

El tamaño total de la red de ferrocarriles del país ha permanecido en aproximadamente 26 mil 700 kilómetros, pero la cantidad de carga transportada se ha duplicado de 52.5 millones a 108.8 millones de toneladas por año. Las compañías han movido más carga con menos empleados.

A diferencia de los estados de la frontera, la región del Bajío es parte del corazón económico y político de México. Hospeda un largo número de población educada y su clima es el más templado en el país. Está localizado en el centro con un acceso relativamente fácil a ambas costas y puertos, los Estados Unidos al norte y la Ciudad de México en el Sur.

La geografía ha beneficiado al Bajío, al haber mejorado la infraestructura de transporte, comparativamente cuenta con mejor seguridad y esfuerzos para atraer inversiones.

Más inversiones y producción en manufacturas llevarán al núcleo industrial de México más cerca de la Ciudad de México y a la población con necesidad de un empleo. El Bajío manufacturero no reemplazará a la actividad manufacturera a lo largo de la frontera, pero da a México una oportunidad de desarrollarse más uniforme y sustentablemente.

El sector manufacturero mexicano ha crecido más en sofisticación con el tratado firmado con EU.

Ahora, las empresas manufactureras producen productos de mayor valor agregado, tal como productos automotrices, aeronáuticos y electrónicos, y lo están haciendo en fábricas fuera de la producción regional tradicional: la frontera de EU y México.

Con el crecimiento de la economía, un núcleo manufacturero secundario ha surgido en el centro del país, conocido como el Bajío. Localizado cerca del grueso de la fuerza laboral educada de México, el Bajío es más seguro que muchas ciudades de la frontera y está conectado más eficientemente a proveedores en Estados Unidos y Asia y a consumidores en Estados Unidos y Canadá. El sector manufacturero en esta región crecerá de forma importante en los próximos años, aunque no reemplazará por completo a la región de la frontera.

Este impulso inició a finales de los ochenta y principio de los noventa, cuando México pasó por una reorganización política y económica profunda, liberalizando la economía, con la firma del TLCAN. Como resultado, se incrementó el comercio entre México y EU y emergieron franjas manufactureras en el país.

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