Los despidos efectuados en la Defensoría de los Derechos Humanos (DDH) del estado de Querétaro obedecieron a acusaciones por “deslealtad”, aseguró a EL UNIVERSAL Querétaro una trabajadora cesada el pasado jueves 23 de febrero, quien acusó a personal de este organismo por mantener actitudes de “misoginia y violentar sus derechos laborales”.

Dijo que, a menos de 15 días de iniciar la nueva gestión en la DDH, encabezada por Roxana de Jesús Ávalos Vázquez, han sido despedidas tres mujeres, dos del área de Comunicación Social y una de la Coordinación de Atención a Víctimas, quien fue cesada a partir del día 24 de febrero, al presentar un justificante médico y hacer uso de su periodo vacacional.

“El jueves [Ávalos] nos alzó la voz, dijo que estaba descontenta, que no confiaba en el área. No mencionó nombres y el regaño fue general. Estaba molesta, porque dijo que se estaba filtrando información. No dijo qué tipo de información. Nos acusó a todos de que éramos gente de Miguel Nava [el anterior ombudman], cada vez empezó a alzar más la voz, diciendo que iba a hacer una limpia”, relató la trabajadora que solicitó el anonimato.

Acusó al director de Comunicación Social, Héctor González Pérez, de mantener actitudes “misóginas” hacia el personal femenino, pues relató que buscaba tener un departamento conformado por hombres y criticaba el desempeño laboral de las compañeras.

Al ser interrogado por EL UNIVERSAL Querétaro, González Pérez confirmó los despedidos de las tres trabajadoras, pero aseguró que dichas acusaciones son falsas “simple y sencillamente”.

Argumentó que la determinación de cesar de sus funciones al personal obedeció a “decisiones que tomó la doctora Ávalos”.

Este diario también buscó a Ávalos Vázquez para que diera una postura al respecto, pero la defensora sólo se comprometió a emitir una declaración sobre el asunto hasta el próximo lunes 27 de febrero.

En una rueda de prensa, a unos días de haber iniciado funciones, Ávalos Vázquez se comprometió a no realizar despidos sin antes realizar una evaluación de las áreas, pues aseveró: “La única razón por la que se tendría que ir [los trabajadores] es porque no trabajan”.

En la pasada gestión de la DDH, que presidió Miguel Nava Alvarado, varias trabajadoras también realizaron acusaciones de haber sido cesadas del cargo sin justificación alguna, además de denunciar hostigamiento y discriminación hacia las mujeres.

En aquel entonces, Nava adujo que el despido injustificado no es una situación que puedan determinar los ex trabajadores sino un tribunal, aunque admitió que esos despidos se habían derivado de la disminución en el presupuesto.

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