Ya pasó más de una semana de los violentos y trágicos acontecimientos del Estadio Corregidora durante el partido entre los Gallos Blancos y el Atlas y ya muchos bits de información y ríos de tinta (como se decía en la época de la supremacía del periódico impreso) han corrido y muchas interrogantes siguen sin responderse para tratar de explicar lo acontecido.

Una cosa es cierta, y como apunta el académico de la Universidad Autónoma de Querétaro Rodrigo Castañeda, el gobernador Kuri, que estaba en vísperas de su tan ansiado viaje a Europa, perdió el control de la narrativa de los hechos por guardar silencio dos horas vitales inmediatas a los sucesos y en comunicación como en política, los espacios vacíos siempre se llenan.

La última semana, Kuri ha intentado retomar el control de la agenda apoyado por sus especialistas en comunicación digital, si bien podrá mantenerla en la burbuja mediática queretana, en lo nacional e internacional no ha podido. Su postura ha estado oscilando entre el retador guardián de la ley tipo Hollywood que amenaza a los criminales con detenerlos donde quiera que se encuentren a adoptar una postura más humilde en una entrevista a modo con Carlos Loret de Mola donde pide disculpas por las omisiones, admite que no se debió haber permitido la realización del partido y hasta poner su renuncia sobre la mesa si se comprueba que ocultó información sobre fallecimientos producto de la violencia en el Estadio.

Sin embargo, de nada sirve la retórica si no va acompañada con acciones efectivas y que muestren que va en serio. Por ejemplo, ya pasó una semana de los hechos y su secretario de Seguridad Pública y el coordinador de Protección Civil siguen campantes en su puesto; sí, han sido llamados a comparecer ante la legislatura, pero al ser ésta de mayoría panista es poco probable que sean realmente cuestionados.

Y tampoco ayuda la fiscalía del estado al detener a presuntos inocentes que no se encontraban en el Estadio el día de los hechos y más porque a uno de ellos les imputa el delito de apología del delito por un post en Facebook que se puede prestar a múltiples interpretaciones y no necesariamente la hecha por la fiscalía.

Esto ha provocado que la credibilidad de Kuri se haya visto minada porque ha tenido un inicio de gobierno que va de crisis en crisis y en vez de aprender a administrarlas, va en una espiral descendente. De la historia reciente, solo recuerdo un inicio tan complicado y ese fue el sexenio de Ignacio Loyola Vera, con el incidente donde el autobús donde viajaba parte del gabinete presidencial fue agredido con pedradas. Eso provocó, si mal no recuerdo, la caída de su secretario de Gobierno y la detención de líderes sociales que fueron acusados y liberados en el sexenio siguiente. Hasta ahora, Kuri mantiene en su cargo a sus dos secretarios responsables del ya conocido como 5M y si no los corta, serán un fardo muy pesado que tendrá que cargar. ¿Hasta cuándo?

Periodista y sociólogo. @viloja

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