Esta propuesta de análisis supone que así como las notas musicales se pueden interpretar en clave de do, de sol o de fa; las notas sobre los acontecimientos políticos se pueden interpretar en clave de poder político, en clave jurídica o en clave de democracia. Implica descubrir si fortalecen o no a las instituciones democráticas que hemos construido en más de 30 años.

El pasado fue otro domingo de elecciones presidenciales en América Latina. Ahora tocó el turno a Guatemala y a Ecuador. Dos elecciones complejas, en las que estuvieron presentes problemáticas que afectan a buena parte del subcontinente. La corrupción gubernamental y la presencia y protagonismo del crimen organizado. La primera se convirtió en el eje de la segunda vuelta en Guatemala; mientras que la segunda cobró la vida de un candidato presidencial en Ecuador.

En Guatemala se realizaron las elecciones generales el pasado 25 de junio y como ninguno de los candidatos obtuvo mayoría absoluta se debió realizar la segunda vuelta. El candidato que ganó la segunda vuelta, Bernardo Arévalo, con más del 58% de los votos, había sido segundo lugar en la primera, con sólo 15% de la votación. Desde la campaña electoral tomó al combate a la corrupción como su principal bandera y derrotó a la candidata, Sandra Torres, que ganó la primera vuelta con 21%. Es relevante tomar en cuenta que esa candidata se ha presentado en tres elecciones presidenciales y en las tres ha pasado a la segunda vuelta, para perder. Un último dato interesante, es la diferencia en el nivel de participación en las dos vueltas. En la primera votó 59% del total, mientras que en la segunda sólo lo hizo 45%.

En Ecuador también se aplica el sistema de mayoría absoluta con segunda vuelta (también conocido como ballotage) y en esta primera vuelta ningún candidato la alcanzó, por lo que en octubre se realizará la segunda vuelta entre los dos candidatos más votados el domingo pasado.

En Ecuador se realizó una elección extraordinaria para elegir al presidente o presidenta que deberá completar el periodo 2021-2025, pues en mayo pasado el presidente Guillermo Lasso decidió decretar la llamada “muerte cruzada”; que implica la disolución del Congreso y la convocatoria a elección de legisladores y presidencial anticipada. En el marco de esa crisis política se postularon siete candidatos y una candidata presidenciales. Uno de ellos fue asesinado días antes de la jornada electoral. Se supone que se trató de una acción de algún grupo del crimen organizado, pues ese candidato, Fernando Villavicencio, había puesto al combate contra éstos como el centro de su plataforma política. La persona que lo sustituyó en la candidatura, Christian Zurita, quedó en tercer lugar con 16% de la votación. Los dos candidatos más votados y que en consecuencia se enfrentarán en la segunda vuelta, son: Luisa González, con 33% y Daniel Noboa, con 23% de la votación. Será muy interesante observar qué sucede en esa segunda votación.

Las dos elecciones presidenciales, como se observa, comparten un sistema electoral que propicia la participación de un número significativo de partidos, pero legitima el triunfo de alguno de los candidatos más votados en la segunda vuelta. En clave de democracia esa legitimación, evidentemente, es importante.

Google News