Las votaciones del próximo 2 de junio pueden darnos muchas sorpresas.

De entrada, especialistas en opinión pública (como @lorena_becerra) advierten que la competencia por la Presidencia de la República se esté cerrando mucho más de lo que suponen algunos estudios.

Y mire, en los escenarios posibles y probables, no se ve como la candidata oficial pudiera ya no digamos superar sino mantener la marca de los 30 millones de votos de 2018, considerado un ´accidente histórico´.

Pero sí, hay una gran posibilidad de que la oposición supere la expectativa que hoy se tiene del eventual empate técnico y rebase a la candidata oficialista.

En un contexto democrático supondríamos que cualquiera que sea el resultado, el perdedor aceptaría la derrota, pero como sabemos tenemos malos ganadores y pésimos perdedores.

La diferencia la harán no las encuestadoras dedicadas a fabricar escenarios por encargo, sino el sentido del voto sorpresa, el voto oculto, el voto de castigo o el voto de la decepción, que serán el fiel de la balanza. Tal y como ocurrió en 2018, pero al revés.

La reticencia de los electores potenciales a mostrar el sentido de su voto a las encuestadoras, supone una gran desconfianza en el manejo de la información.

Solo hay que echarle un ojo a las tablas que condensan los resultados de las principales encuestadoras reunidos en para observar diferencias abismales en las preferencias de hasta 36 puntos entre la primera y segunda posiciones, que de resultar ciertas podrían colocarse en los récords Güines.

Con sus contadas excepciones las encuestadoras no le dan el peso que tienen las respuestas de “no he decidido”, o “no sé”, pues las consideran ambigüedades sin interés para sus clientes. El cuchareo vende más, ¿qué no?

Lo evidente es que hay preocupación seria en Palacio Nacional de que a su corcholata favorita no le alcancen los votos para ganar con holgura.

La #MareaRosa que se transformó en #TsunamiRosa y que derivo en un movimiento de respaldo nacional a la candidatura presidencial de oposición, es otro de los factores que pueden incidir en un resultado distinto al esperado en Palacio Nacional. Además, como nunca millones de mexicanos siguieron atentos el desarrollo de los tres debates presidenciales.

Las evidencias de que en México existen ciudadanos activos dispuestos a vencer la apatía de la neutralidad, anticipan que la participación en las urnas podría no ser inferior a la media histórica del 63 por ciento, pese a las campañas del miedo.

El voto diferenciado y la expectativa de la alternancia en el poder presidencial son reales, en el contexto de un evidente piso disparejo en la contienda.

A nivel gubernaturas el partido oficial y sus aliados podrían perder la CDMX, Veracruz y Morelos; el PAN conservaría Guanajuato y Yucatán y el MC, Jalisco, estados que son fuente importante de votos.

En cuanto al Congreso existe la posibilidad de que la 4T no alcance la mayoría calificada.

Vaya a votar, por quien usted quiera, pero no deje de hacerlo. El voto es un derecho y una obligación, coincidimos con quienes proponen votar por un México mejor, porque como acertadamente dice Eugenio Derbez, ¡luego no se quejen!

Columnómetro de Aquiles Baeza

1.- De los estudios atípicos que se ven en estos días, destaca uno muy curioso cuyo contexto se explica por el declive en la credibilidad de los partidos y las propuestas de candidaturas apartidistas o ciudadanas.

La agencia de investigación mercadológica Innovative Marketing & Consultants, aplicó una encuesta en la que examina la hipótesis de que los megamagnates mexicanos jueguen por la Presiencia de la República e incluye como prospectos a Carlos Slim Helú, Ricardo Salinas Pliego (el tío Richi), Germán Larrea, Alejandro Bailléres y Juan Beckmann.

Si bien Slim y Salinas Pliego tienen los niveles más altos de conocimiento entre los encuestados, solo el 33.3 por ciento considera que podrían ser buenos presidentes de México, el 51.8 por ciento opina que NO y el 14.8 por ciento, que no sabe.

Según este sondeo únicamente el 26.5 por ciento cree que un megamagnate como Presidente ayudaría a bajar la corrupción, en contraste con el 45.8 por ciento que dice no la cambiaría, que seguiría igual.

Sin duda, este ejercicio es disruptivo pero los primeros resultados que ofrece nos lleva a considerar que lo mejor para los megamagnates es que sigan en lo suyo, aportando al crecimiento y desarrollo del país y hasta ahí.

2.- Así nos ven…

A una semana de las elecciones las portadas de los influyentes diarios The Washington Post y The New York Times retratan el lado oscuro de la realidad mexicana. En @washingtonpost despliega una investigación de cómo el crimen organizado se adueña de industrias en México como la de la tortilla, mientras que @nytimes advierte que tanto el presidente AMLO como su partido minimizan el peligro de la violencia electoral pese al empoderamiento de los cárteles que en total impunidad siembran miedo, extorsionan, trafican migrantes y controlan la tortilla, el pollo, el limón y el aguacate.

3.- Las Mañaneras entran en la veda electoral el jueves y viernes de esta semana. Claro, más de tres años de campaña han sido extenuantes.

4.- En redes, todos vimos correr al emecista Álvarez Máynez.

5.- Una no muy buena noticia. Según el más reciente índice sobre democracia de @TheEconomist, 40 de las más de 70 elecciones a celebrarse en 2024, año en que más gente que nunca votará, no serán libres ni justas. México está en medio de la escala de colores entre regímenes autoritarios y democracias plenas. Posteo de @DoliaEstevez en X.

6.- El mensaje en redes del comediante Eugenio Derbez llegó lejos y caló hondo, lo que no tiene cabida es el insulto como respuesta del primer círculo presidencial a una convocatoria ciudadana para acudir a las urnas.

7.- Algo se traen allá en Médica Sur, pues han trascendido suspicacias en torno a decisiones del doctor Uribe como la de incorporar, por ejemplo, a familiares al paquete de gastos médicos mayores de la institución sin haber laborado, dicen, y no solo eso, también se han comenzado a ventilarse asuntos poco transparentes como la ampliación del hospital. Ojalá se aclare este embrollo para evitar más daño al prestigio de la institución.

O.o.o.o

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