Sin duda alguna el tema del fin de semana fueron los grandes cierres de campaña que vimos en el Estado de México y en Coahuila. Las elecciones serán el  4 de junio, por lo que todavía tenemos un par de días más de campaña hasta la primera hora del jueves. A partir de entonces, comienza este periodo de reflexión y silencio para que las y los ciudadanos decidan por quién votar. Y para este domingo, el pronóstico, (aparte de augurar cielos despejados y calurosas tardes al menos en Querétaro) señala la victoria del PRI en Coahuila. Pero la disputa por el Estado de México aún estará cardiaca. Quizás se vayan a tiempos extras, es decir, a tribunales; habrá impugnaciones y muchos contentos y descontentos.

Sin embargo, el lunes 5 de junio habrá terminado no solamente la contienda electoral en ambos estados, sino que arranca la gran contienda electoral por la presidencia del 2024. Coahuila y el Estado de México se convirtieron en la excusa perfecta para muchos actores nacionales para poder decir: hay que dejar que pasen las elecciones y entonces se hablará de aspiraciones, y en general, del 2024. ¿Y ahora que ya están por terminar? Marcelo Ebrard presentará en la madrugada un plan para elegir al candidato de Morena. En el caso del PAN, ya vimos que Marko Cortés se adelantó a buscar las firmas y en el PRI hubo una reunión con las y los aspirantes.

Lo que es un hecho, y resultará atractivo, es que arrancará formalmente el proceso de sucesión presidencial. Así como escuchó, como el famoso ‘meme’ de la luneta. Parecía que jamás llegaría este día, pero por fin llegó. López Obrador va a dejar la presidencia y hay que elegir a su sucesor o sucesora. En términos políticos, veremos a todas y todos estos aspirantes, las corcholatas y las definiciones de los partidos. A nosotros como oposición, nos preguntan todos los días en todos lados sobre nuestro candidato o candidata. Es correcto, sigo viendo las preguntas en la caja del nesquik, y hasta en los botes de fórmula: “¿Cuándo van a sacar al candidato?” “¿Quién va a ser el candidato?” “¡Nos urge una definición!” entre muchas otras preguntas similares.

Pero, ¿a quién le urge? Es una pregunta seria. ¿Quién puso ya como fecha fatal que tengamos un candidato? Lo que sucedió es que en Palacio Nacional adelantaron los tiempos y se presentaron las corcholatas. ¿Y eso qué generó? Presión. Más que en la olla de los frijoles, por lo que vemos. Lamentamos los inconvenientes, pero la elección es totalmente distinta. En Palacio Nacional se elegirá al candidato o candidata por dedocracia, bien sencillo. Pero acá sí que habrá una complejidad importante.

Primero, la designación de un o una candidata por partido. Luego, el mejor o la mejor de las personalidades propuestas. 
¡Sentimos mucho no tener candidato o candidata aún! Nosotros sí estamos acatando los protocolos, normatividades y no aplicamos la dedocracia. Hay mucho trabajo político, mucho en materia noticiosa, pero por ahí de septiembre estará definido  la o el candidato tanto del bloque opositor como del oficialismo para encaminarnos hacia el 2024. Y para ello todavía faltan por lo menos 3 meses.  Estén muy atentos y atentas para el balazo que marque el inicio de la carrera. Si usted estaba harto o harta de la grilla, la política y las campañas, aproveche sabiamente sus 4 días de descanso. Ya pasamos el “en sus marcas” y “listos”.

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