El fascismo niega que la violencia sea automáticamente negativa en la naturaleza, y ve la violencia política, la guerra y el imperialismo como medios para lograr una «regeneración», un rejuvenecimiento nacional; es un movimiento político y social de carácter totalitario y nacionalista fundado en Italia por Benito Mussolini. En abril del 2019, el viceprimer ministro italiano, Matteo Salvini, lanzó una alianza de partidos populistas de derechas el 8 de abril en Milán para las elecciones europeas. Junto a él, Olli Kotro, miembro del Partido de los Finlandeses; Joerg Meuthe, de Alternativa por Alemania; Salvini y Anders Primdahl Vistisen, del Partido Popular de Dinamarca entre otros, aceptaron sus ideas con la finalidad de llevarlas a la práctica.

En México, y por supuesto en Querétaro, es difícil al menos en teoría, localizar una línea visible entre fascismo y ultraderecha. Álvaro Delgado y Lauro Jiménez han mostrado y probado con todo detalle y antecedentes del máximo representante del fascismo en sus libros sobre El Yunque, comandado en nuestra entidad y casi a punto de desaparecer y me refiero a un ente gris, mediocre, hipócrita, vengativo, oscuro y quizás hasta “diabóloco” (sic) quien, como escribió Oscar Wilde: “No tiene enemigos, pero es enormemente despreciado por sus amigos”; el ahora senador: Alfredo Botello Montes, suplente de Mauricio Kuri González, nuestro gobernador quien tardó meses en recibir al senador y pronto marcó una enorme distancia, no sólo con él, sino también con sus compinches, tan es así, que un sólo medio de comunicación publicó un fotografía como prueba de lo que escribo, pues en ella aparecen los nombrados, sentados en la oficina del gobernador, pero demasiado lejos uno del otro; el gobernador sale de frente, de cuerpo entero, mientras Alfredo aparece sólo la mitad de su rostro, dando la espalda al fotógrafo. ¡Ah, pero eso sí! Botello aparece en la prensa acompañando a ciertos Príncipes de la Iglesia queretana y cuando lo forzaron a hablar en rueda de prensa del PAN en los pasillos del Senado, tímidamente leyó lo que le prepararon y al terminar, salió “volando” más rápido que Checo Pérez y abandonó, como es su costumbre, a su grupo parlamentario. Cuando cobró aquí en el estado como secretario de Educación en las escuelas que por sus órdenes obligaban al alumnado a oír, (no escuchar) sus jaculatorias, y siempre se quedó con ganas de rociar el agua que deseaba santiguar.

Especialista en Derecho del Trabajo, 
Certificado por el Notariado de la Unión Europea. 
lopezaso@outlook.com

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