Todavía faltan casi 2 meses para que Andrés Manuel López Obrador tome posesión como Presidente de la República y él es el único que genera nota. Es verdaderamente increíble cómo está totalmente ausente el gobierno del todavía presidente Enrique Peña Nieto, quien le ha cedido todo el espacio al presidente electo y se nota demasiado, pues en la práctica parece que ya tomó posesión.

En este contexto, lo que se está viendo dentro del equipo de AMLO y entre integrantes de Morena son muestras de rompimiento y fricciones, además de excusas y explicaciones de porque no van a hacer algo que habían ofrecido.

Así, ya hay pleitos en la Cámara de Diputados entre Dolores Padierna y Mario Delgado, además de Porfirio Muñoz Ledo, todos ellos de Morena pero miembros de diferentes grupos; así también en el Senado entre Martí Batres y Ricardo Monreal, cada uno jalando para su lado; estamos viendo señales claras de división y eso que todavía no entran realmente al poder; así que podremos esperar que las diferencias se noten más y que todo lo tenga que resolver el único que puede meterlos en cintura, que es Andrés Manuel, pero eso de andar resolviendo pleitos, lo llevará a un desgaste muy grande.

También hay que considerar que las tribus se irán acomodando para posicionarse rumbo a 2024, pues varios quieren ser los herederos de Palacio Nacional. Veo por un lado a Marcelo Ebrard, quien ya heredó la jefatura del gobierno de la Ciudad de México, y, por otro lado, Claudia Sheimbaun; además de los de extrema izquierda, Martí Batres y equipo. Todo esto los va a llevar a confrontaciones muy fuertes que seguramente traerá heridos.

También se está notando que muchas de las acciones que habían emprendido, como son los foros de seguridad, no están dando resultados, así que mejor los suspendieron, dieron diferentes explicaciones, pero ninguna sólida y convincente. Creo que se están dando cuenta que esto solamente los va a llevar a enojo y decepción de la población y no a soluciones reales. Es decir, sólo darle atole con el dedo a las víctimas de la inseguridad no les funcionará y causará más molestia que beneficios.

También habrá que ver qué va a pasar con la decisión del nuevo aeropuerto, un tema muy complicado ya de por sí, pues es un proyecto que está en proceso de construcción, y una necesidad urgente de la población en materia de transporte aéreo. Por eso si se concretara la promesa de campaña de echar para abajo el proyecto, traería impactos negativos y, sobre todo, sin contar con una buena solución, se deberá elegir la menos mala y esa seguramente pasará por concesionar el aeropuerto.

El riesgo más fuerte que tenemos es que cuando inicie el nuevo gobierno y no logren avanzar, entonces buscarán culpables donde puedan y eso va a ser desastroso. Me temo entonces que revivirá la mafia del poder, y echarán también la culpa a los empresarios, y en vez de tomar su parte de responsabilidad, López Obrador echará la culpa a los demás, a su clásico estilo. 
Director de Multimundo Radio

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