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Daniel Esquivel Garfias, instructor del taller de Tallado de madera, en el Instituto de Artes y Oficios de Querétaro, muestra con orgullo las piezas que sus alumnos han realizado en el semestre que recién termina, formando, quizá, a futuros artistas, artesanos que en una pieza de madera dejan parte de su alma.
Esquivel Garfias platica que tiene cinco años que imparte el taller, sacando ya varias generaciones de alumnos. El taller tiene opciones para cursarlo: una es acudir entre semana, con un tiempo de cuatro semestres, lunes y miércoles, ya sea en la mañana o en la tarde o acudir sólo los sábados en seis semestres.
En cada uno de los semestres, dice, se desglosan diferentes grados de dificultad, se empieza con lo básico, como son ejercicios para entender cómo se “comporta” la madera y cómo se pueda “atacar” con las diferentes herramientas.
Daniel señala que su principal herramienta son las gubias, que tienen diferentes formas, como la media caña. Otra, la “V” o pico de gorrión. Depende de cada herramienta se le da forma y se hacen desbastes dentro de la madera.
Lo básico, explica el profesor, es hacer líneas en diagonal, líneas perpendiculares, horizontales, para que el alumno entienda así cómo atacar o cómo es que conviene hacer el desbaste en la madera.
Al salón donde se exhiben los trabajos de sus alumnos entran las personas. Se sorprenden de los trabajos que ahí se presentan, por lo detallado de los mismos y por lo artístico de las piezas que se muestran. No faltan las felicitaciones a los talladores quienes se convierten en verdaderos artistas.
El maestro agrega que posteriormente a esta iniciación en el tallado de madera, se aumenta el grado de dificultad, trabajando los altos y bajos relieves dentro de la madera.
“La madera que usamos aquí es el cedro rojo. La utilizamos por ser una madera suave y de características homogéneas. Podemos utilizar también otro tipo de madera, por ejemplo el ayacahuite, banak, caoba, y otro tipo de maderas que sean suaves, terminando así el primer semestre”, abunda.
Posteriormente, en segundo semestre, ven otra técnica llamada chip carving, en donde se usan navajas, con cortes muy rectos o muy curvos, ideales para hacer mandalas y sobre ella construir una figura. También en ese semestre se ve la escultura geométrica, saliendo del plano al volumen.
Tres personas se detienen por unos minutos frente a una pieza de madera que reproduce la estela del rey Pakal, descubierta a principio de los años 50 del siglo pasado. La pieza está finamente tallada sobre la madera, con los detalles de la original reproducidos de una manera artística.
Parte de la evolución de sus alumnos es posteriormente trabajar con la perspectiva, con puntos de fuga, usando además de dibujo la proyección a profundidad. Además, ven escultura animal para trabajar el volumen posteriormente en las mismas piezas, para poder crear las diferentes vistas.
Luego se trabaja en la figura humana, desde hacerlo en relieve hasta la escultura de la figura humana. Ven seccionalmente el trabajo de la mano, el pie, oreja, ojo, boca, para después reunirlos todos y hacer rostro en relieve, para después hacer rostro completo y el torso.
Daniel dice que también fue alumno del Instituto de Artes y Oficios, hace unos ocho años. Posteriormente tuvo oportunidad de trabajar, pues su maestro se fue a otro lado a dar clases.
“He trabajado con la madera desde hace más de 25 años, pero en la técnica de calado de madera, no me había salido al relieve ni a la talla. Cuando me invitaron a la escuela vine para ver una exposición, y dentro de esa exposición me llamó la atención la talla de madera, y a partir de ahí entré y terminé el curso y ahora estoy impartiendo el conocimiento que aprendí y la habilidad también.
Hay quienes tienen mayor habilidad. Otros tienen menos habilidad. A mí como me llama mucho la atención hacer cosas manuales y en este caso con la madera, se me facilita bastante el proceso de realizarlos, y también en la manera en la que se los explico a los alumnos es como yo lo entiendo, para que sea más fácil de entender. No tanto de forma técnica, sino más un poco más la práctica de cómo hacer la obra”, subraya.
En el detalle de la madera, precisa, es que se debe de avanzar paulatinamente, sin prisa. Señala que hay alumnos que le dicen que tallar madera les sirve de relajación porque hay que tener paciencia para empezar a trabajar y sentir como “se mueve” la madera.
Hay ocasiones en las que no se entiende cómo se hace un movimiento y puede ser un poco complicado, pero poco a poco se entiende el trabajo.
Como ejemplo pone las piezas en exhibición, todo hechos por sus alumnos, lo que es gratificante tanto para él como instructor como para los alumnos, quienes en un inicio le comentaban que se les complicaba o que no tenían idea de qué era la talla en madera, pero cuando ven su pieza realizada ya es bastante gratificante el saber que ellos la hicieron desde cero, luego de que no tenían ningún conocimiento en el trabajo.
“Es de mucha paciencia el trabajo. Ahora la mayoría de los alumnos es gente grande, pero está abierto a partir de los 15 años. Está abierta la invitación a todos los jóvenes a esta variedad o segmento del arte… es una propuesta bastante atractiva para que desde jóvenes la conozcan y captar así más su atención”, subraya.
