Desde hace cuatro meses, en el vivero municipal de Querétaro comenzaron a germinar miles de semillas de flor de cempasúchil. Con amor, paciencia y dedicación, los trabajadores del vivero lograron que las minúsculas semillas se convirtieran en grandes flores amarillas y anaranjadas.

Ahora, las más de 50 mil flores de cempasúchil están listas para ser trasplantadas en los jardines y plazas públicas del Centro Histórico, y con esto, envolver a la ciudad en el tradicional ambiente mexicano por el Día de Muertos.

59 mil flores de cempasúchil

Erika Zepeda, administradora del vivero municipal ubicado en la colonia Geoplaza, detalla que este año se produjeron 59 mil flores de cempasúchil, cantidad que es el doble de lo producido el año pasado.

Todos los meses en el vivero se producen aproximadamente 67 mil plantas y flores de más de 30 especies distintas, aunque el trabajo es arduo, sólo 22 personas hacen posible el crecimiento de estos seres vivos; una de esas personas es Gabriela Cabrera, quien desde hace 4 años trabaja en el vivero municipal y se involucra en todos los procesos de crecimiento de las flores.

“Yo comencé a trabajar aquí sin saber absolutamente nada de jardinería, aquí aprendí todo y ahora amo mi trabajo. Es un gran orgullo para todos los que trabajamos en el vivero dedicarle tanto tiempo a las flores y las plantas que después veremos en distintas áreas públicas de la ciudad, es muy gratificante”, comenta.

Todos los días, Gaby llega al vivero a las 8 de la mañana y comienza con sus actividades; algunos días le toca sembrar, otros días trasplantar, controlar plagas o podar árboles... el trabajo no cesa.

Ninguna de las plantas que se producen en el vivero municipal son puestas a la venta; su uso principal es para trasplantarse a las distintas áreas de la ciudad, aunque también se realizan donaciones a familias o asociaciones civiles que lo requieren.

También hay temporadas en el año en que la ciudad necesita grandes cantidades de ciertas flores en específico, como es el caso de la flor de cempasúchil, con las que se adorna la ciudad para celebrar el Día de Muertos; este año se produjeron 59 mil flores de cempasúchil, en cuanto éstas salgan del vivero para trasplantarse en áreas públicas, el personal del vivero comenzará con la producción de otra flor tradicional: la nochebuena.

“Desde el mes de julio más o menos nosotros comenzamos a producir la flor de cempasúchil, es una de las fechas más importantes en el año porque necesitamos muchas flores, este año producimos 59 mil, el doble de lo que producimos el año pasado. Nosotros producimos la flor de cempasúchil desde que apenas es una semilla, son muchas semanas de cuidar la tierra, la temperatura y demás para que la flor pueda crecer sana, aunque es inevitable que las plagas se presenten, generalmente se pierde el 20% del total de las semillas que plantamos, pero aún así la supervivencia del 80% es muy buena”.

“En estos días de octubre es cuando los compañeros de Servicios Públicos comienzan a llevarse la flor del vivero para plantarla en el centro, en cuanto la flor de cempasúchil sale de aquí, ahora sí nos enfocamos en la nochebuena que es la siguiente flor de temporada”, señala.

Aunque la producción de flores de temporada para adornar la ciudad es una carrera contra el tiempo, Gaby se dice orgullosa de su trabajo.

“Es una satisfacción muy grande caminar por el centro histórico y ver tus flores, yo me emociono y le digo a mis hijos ‘miren, esas flores son mías, yo las preparé para que estuvieran así de bonitas’”.

Sin embargo, la satisfacción de ver sus flores adornando la ciudad, no se compara con la tristeza que sienten los trabajadores del vivero al ver sus flores aplastadas, pisoteadas o rotas; por lo que piden respeto a su trabajo.

“Sí me da mucha tristeza ver las flores rotas, pisoteadas porque las personas no cruzan en los lugares correctos y prefieren pisar las flores que tanto trabajo nos costó producir. A la sociedad en general les pediría que respeten nuestro trabajo, cada flor que ellos ven en un parque o una jardinera necesitó de mucho tiempo y muchos cuidados para que estuviera bonita como ellos la ven; yo creo que no nos cuesta nada dar unos pasitos más y cruzar la calle por las esquinas, tampoco nos cuesta nada cuidar las jardineras y plazas donde se encuentran estas flores”, recomienda.

Debido a la contingencia sanitaria por Covid-19, el funcionamiento del vivero tuvo que modificarse, pero nunca se detuvo la producción. El número de trabajadores se redujo a la mitad pero aún así se produjo el doble de flor de cempasúchil.

Para Gaby y sus demás compañeros, el trabajo se incrementó notoriamente, por eso se esforzaron el doble para que la ciudad luciera con orgullo las tradicionales flores de cempasúchil producidas completamente en Querétaro.

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