El BMX nace del ingenio de un joven estadounidense de nombre Scott Breithaupt quien en un momento de emoción decidió entrar a una pista de motocross en su bicicleta y tratar de imitar los trucos que realizaban los ‘bikers’, de ahí se denomina el nombre de este deporte, Bicycle Motocross.

El BMX se expandió a países europeos y al resto del continente americano, hasta convertir algo que parecía una idea atrevida en un deporte olímpico.

Irving Acosta Reyes, nació en Veracruz, pero es un ciudadano del mundo, desde los 14 años abandonó su casa en busca de su sueño, el convertirse en campeón de BMX.

“Comencé hace 10 años, empecé a andar en la bicicleta y a partir de los 14 años inicié a salir de la ciudad a competir en la categoría de expertos. A partir de los cuatro años de práctica comencé a tener logros de primeros lugares a nivel nacional, hace cinco años que soy profesional”, expresó Irving.

A sus 23 años, Acosta recuerda como fue que se inició en este deporte que es considerado extremo, sus amigos colaboraron para que adquiriera su primera bicicleta.

“A mí siempre me ha gustado andar en la bicicleta y cuando empecé a ver que había rampas para saltar en ella, me llamó mucho la atención. En Veracruz comenzó todo. Mis amigos me ayudaron mucho porque ellos me daban las piezas que ya no utilizaban de sus bicis y lo que yo no podía comprar lo conseguía regalado, la fui armando poco a poco”, expresó.

#NuestrasHistorias. “Lo más difícil del BMX es quitarte el miedo”: Irving Acosta Reyes
#NuestrasHistorias. “Lo más difícil del BMX es quitarte el miedo”: Irving Acosta Reyes

Dificultades fuera de la pista.

La decisión de salir de Veracruz fue porque en su estado no había la infraestructura para poder realizar este deporte, por lo que ha estado emigrando a varios lugares como Querétaro.

“Soy de Veracruz, pero estoy muy poco tiempo allá porque no hay rampas para entrenar y necesito salir, a veces estoy en Puebla o vengo a Querétaro por temporadas para entrenar porque las instalaciones aquí son buenas. Hace como tres años que vengo a entrenar a Querétaro”, comentó el atleta.

Sus padres no estuvieron de acuerdo en un principio, ya que al ser menor de edad era complicado que lo dejarán viajar, pero tal fue la insistencia y pasión por parte del joven acróbata que le otorgaron el permiso.

“Mis papás no estaban muy de acuerdo, pero ellos lo entienden porque saben que este deporte es lo que a mí me gusta hacer, ya cuando necesité salir les platiqué como iba a estar y me apoyan en lo que pueden, me comunico con ellos para estar al pendiente”, expresó

Irving tuvo que enfrentarse a varios tabúes sobre este deporte que algunas veces es mal visto y juzgado por personas ajenas a la bicicleta.

“Principalmente luchamos contra los estereotipos. Nos ven en la calle y piensan que somos vagos, que no estamos haciendo cosas de provecho, pero no se dan cuenta de que esto es un deporte que en otras partes del mundo es apoyado como el futbol u otra actividad. Hay que hacer que se dé cuenta la gente que este es un deporte de alto rendimiento, que es necesario ser un atleta, uno no puede ser un borracho y fumador, tienes que ser profesional”, mencionó.

La soledad es otro de los puntos a los que se enfrenta Acosta, ya que viaja únicamente con la compañía de su bicicleta, aunque siempre tiene un amigo que le ofrece donde quedarse y que comer en cada sitio a donde va.

“Los viajes me los pago yo porque no tengo una marca que me costeé, solamente me apoyan con la bicicleta y ropa. Junto dinero ganando competencias nacionales, además doy exhibiciones cada fin de semana en Puebla, ahí hay muchas ferias donde nos contratan para dar exhibiciones”, dijo.

Dedicarse a este deporte es muy caro, la bici llega a costar unos 20 mil pesos a nivel profesional, ya que es una bicicleta especializada y tiene un diseño diferente a las que se conocen comúnmente.

“Es caro, solamente el cuadro cuesta de 6 mil a 7 mil pesos, el manubrio no baja de mil 500 pesos, una bicicleta entera te viene saliendo en 20 mil pesos, además de la protección que se necesita: rodilleras, espinilleras, tobilleras, cascos y guantes”, dijo.

Experiencia como rider.

Irving es campeón nacional en la modalidad de parque. El reto es realizar trucos durante un minuto, tiempo que dura la competencia. Montado en una bicicleta, con protecciones, Irving reta a la fuerza de gravedad en cada salto y pirueta que realiza, pero en realidad se reta así mismo para alcanzar el cielo donde se encuentran los mejores riders.

“Aspiras a muchas cosas, hay grandes patrocinadores que te dan un salario de 3 mil a 4 mil dólares al mes, con eso es como si estuvieras trabajando, hay marcas de tenis que te pagan salario mensual y aparte te mandan producto”, expresó.

“Ha participado en competencias a nivel internacional, en Francia quedó en el lugar 39 de 52 y fue el único mexicano en participar en el certamen, en España participó, aunque el resultado no fue el esperado y el mes pasado estuvo en un campeonato internacional en Costa Rica donde logró subirse al podio en segundo lugar. Si bien, ya tiene un camino recorrido, nunca olvida su primera competencia en el estado de Veracruz”.

“Para mí fue algo increíble porque fue la primera vez que vi tantos ciclistas de muchas ciudades, estaba muy nervioso porque yo tenía menos experiencia que ellos, me di cuenta que ganar ahí iba a ser difícil y ver tanta gente que me estaba mirando”, comentó.

Las lesiones también se han vuelto parte del viaje, Irving sufrió una caída, hace unos años que le rompió la quijada. También ha tenido una operación en la muñeca y los tobillos se los ha lesionado. Para el rider solamente hay una cosa difícil en la practica de este deporte.

“Lo más difícil es quitarse el miedo. La modalidad en la que me especializo es la de parque. Son rampas llamadas: mesa, espina y quarters, son para hacer trucos, cada corredor tiene un minuto para demostrar todo lo que puede hacer, y de acuerdo a lo que hagas te califican”, mencionó.

Los riders están en constante búsqueda de patrocinios, mientras más compitan, mayor posibilidad tienen de que las marcas se acerquen a ellos y poder tener un salario mensual además de productos, es por eso que Irving sale del país en cada ocasión que puede y va a todos los torneos nacionales que hay, para que una buena marca lo descubra y pueda colarse en el top del BMX.

“Compito para darme a conocer. Ahí es donde demuestras el nivel que tienes. Hay que darse a conocer ganando eventos internacionales, porque nacionalmente uno logra cosas, pero no es tan importante como para conseguir los patrocinios, es mejor salir del país ahí es donde te conocen las marcas”, menciona el joven veracruzano.

En 2008 el BMX se convirtió en deporte olímpico, Pekín fue el escenario donde varios riders debutaron. Irving sueña con llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“He tenido que sacrificar cosas para poder lograr algo en el BMX y me he tenido que esforzar”, expresó.

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