En muchas regiones de México, los apagones son una triste realidad que afecta cotidianamente a millones de hogares y comunidades.

La infraestructura eléctrica obsoleta y la falta de mantenimiento han dejado a muchas regiones en la oscuridad, poniendo en peligro la seguridad, la productividad y la calidad de vida de sus habitantes.

Es importante que tengamos un Senado fuerte e independiente, que impulse desde el poder legislativo las reformas que necesitamos para cambiar esta situación y que México sea un país con autosuficiencia energética.

El problema de la falta de mantenimiento en la infraestructura eléctrica de México es muy grave. Desde líneas de transmisión corroídas hasta subestaciones obsoletas, el sistema eléctrico enfrenta desafíos monumentales que no pueden ser ignorados.

Las fallas en la infraestructura eléctrica contribuyen al aumento de los costos de energía para los consumidores, por la pérdida de energía durante la transmisión y la distribución ineficiente que se traduce en facturas más altas para los usuarios finales. Esto afecta desproporcionadamente a las comunidades más vulnerables, que a menudo son quienes deben pagar los precios más altos de la energía eléctrica.

A la falta de mantenimiento y generación de nueva infraestructura, que hemos visto en este gobierno federal, debemos agregarle un marco legal que obstaculiza la inversión en energías limpias y renovables.

Otro factor importante a considerar es que la autosuficiencia en energía eléctrica es una clave para que México aproveche al máximo el fenómeno del nearshoring, para que podamos atraer inversiones y empresas que deseen establecer operaciones cerca de sus mercados de consumo clave. En este sentido, nuestro país debe ofrecer un entorno empresarial con disponibilidad de energía eléctrica confiable y a precios competitivos.

La autosuficiencia en energía eléctrica garantiza un suministro estable y predecible, lo que reduce el riesgo de interrupciones en la producción y aumenta la competitividad de México como destino de inversión.

Esta autosuficiencia es crucial para garantizar un futuro sostenible y próspero para México, pues nos brindará seguridad y estabilidad, reduciendo nuestra dependencia de importaciones costosas y volátiles. Al invertir en infraestructura moderna y eficiente, vamos a garantizar un suministro eléctrico confiable y de bajo costo para todos los mexicanos, promoviendo así el desarrollo económico y social en todas las regiones del país.

Desde el Senado vamos a enfrentar estos desafíos con un fuerte compromiso para mejorar la vida de las familias mexicanas. Trabajando para garantizar que cada hogar y comunidad en México tenga acceso a una energía eléctrica eficiente, limpia y asequible.

Esto significa invertir en la modernización y mantenimiento de nuestra infraestructura eléctrica, así como promover políticas que fomenten la autosuficiencia energética y el uso responsable de nuestros recursos naturales.

Aceleraremos la transición hacia las energías renovables, para que disminuyamos nuestra dependencia a los hidrocarburos y podamos generar electricidad a partir del sol, el viento y las demás fuentes renovables que abundan en México y actualmente se desperdician.

Exigiremos que se administre de manera profesional y honesta a la Comisión Federal de Electricidad, para que se oriente a producir, con la mayor calidad y al precio más bajo posible, lo que necesitan las familias mexicanas y la industria, con criterios de productividad, sustentabilidad, rentabilidad y eficiencia.

Ya viene un futuro más brillante y justo para todos. Elijamos encender el progreso en los hogares de todos los mexicanos.

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