Durante la temporada de calor aumentan las picaduras de alacrán en el estado, por lo que se vuelve un problema de salud pública, que afecta con mayor frecuencia a los grupos más vulnerables, como niños y adultos mayores.

El veneno del alacrán tiene sustancias proteicas llamadas escorpaminas, algunas neurotóxicas, entre otras, explicó Óscar Acuña Nieto, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital General Regional (HGR) Número Uno del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Las mismas, precisó, afectan el sistema nervioso central y otras cardiotóxicas, que pueden producir falla cardiaca o edema agudo pulmonar.

Algunos de los síntomas que puede llegar a presentar un niño ante la picadura de alacrán son: el llanto enérgico o grito de forma súbita, ardor y adormecimiento en la zona de la picadura, angustia, salivación, sensación de un cuerpo extraño en la garganta, movimientos de los ojos hasta crisis convulsivas y problemas cardiovasculares graves.

Acuña Nieto señaló que existen factores de riesgo, como los ambientales: zonas de construcción, rurales y en donde se ubiquen cosas viejas, por lo que se deben extremar precauciones, ya que a mayor cantidad de veneno en una persona de menor peso, así como el número de picaduras, aumentan las complicaciones en la salud.

El tratamiento más importante es el suero antialacrán en diferentes dosis, de acuerdo a la clasificación de la gravedad.

Sin embargo, es indispensable que ante esta situación no se apliquen remedios caseros como ajo, beber alcohol o leche, huevo y que de manera inmediata acudan a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) para que un médico valore la picadura y administre los medicamentos adecuados.

Google News

TEMAS RELACIONADOS