Giovannie siente que volvió a nacer. Un accidente automovilístico hizo que la vida del joven de 30 años cambiara radicalmente. Después de pasar varios meses en coma, por el fuerte impacto que le causó severas lesiones, los últimos tres años los ha pasado sobre una silla de ruedas, entre doctores y rehabilitación. Su familia y su novia se han convertido en su mayor fortaleza, además de que no se da por vencido, al demostrar una gran actitud para salir adelante.

Un total de 13 personas con algún tipo de discapacidad, 10 hombres y tres mujeres, fueron contratadas para trabajar en las distintas secretarías del municipio de Corregidora, como parte del programa Inclusión a Personas con Discapacidad en la Administración.

Giovannie de Vega Rubio es uno de los beneficiarios, quien fue destinado a la Secretaría de Seguridad Pública de la demarcación, que administra el presidente municipal Mauricio Kuri, para apoyar en las labores del procesamiento de multas.

“No tengo 30 primaveras, tengo tres, es lo que le cuento a todos, que soy menor de edad, porque siento que volví a nacer”, afirmó al equipo de EL UNIVERSAL Querétaro, que lo visitó durante un día de trabajo en la dependencia gubernamental.

“La verdad fue una oportunidad como caída del cielo, Dios nos ayudó, porque somos varias personas que entramos a trabajar con algún tipo de discapacidad, entonces es la inclusión en la que nos pudo apoyar el presidente municipal, Mauricio Kuri”, mencionó con entusiasmo.

“Es excelente que nos dieran esta oportunidad de poder ser productivos y qué mejor que en gobierno, donde podemos ayudar a la sociedad en general”, agregó.

Volcadura casi fatal

Gio se dedicaba a pintar y arreglar maquinaria industrial, gracias a que su hermano Mario armó una fábrica.

“Yo le estaba ayudando a darle el mantenimiento a la maquinaria y aprendí, tuve asesorías y cursos por la marca de las máquinas, por lo que después de años empecé a trabajar por mi cuenta. Por azares del destino me contactaron de Monterrey para ir a arreglar una máquina”, recordó.

Todo cambió en un abrir y cerrar de ojos, aunque Giovannie tardó en reaccionar. El 13 de abril de 2013, el joven queretano, acompañado de un amigo, realizó el viaje por el que lo habían contratado, pero dos kilómetros antes de llegar a Monterrey, sobre la Carretera Nacional, el automóvil en el que iban sufrió una volcadura, accidente por el cual ambos compañeros salieron proyectados fuera del carro, que terminó con las llantas hacia arriba y destrozado.

Según las notas de aquel día, dos hombres resultaron gravemente lesionados por el percance. Eran Giovannie y su amigo, aunque en ese momento fue imposible identificarlos debido a que estaban en malas condiciones.

Afortunadamente, dos médicos que se encontraban cerca de donde ocurrió el accidente brindaron los primeros auxilios a los dos hombres que salieron proyectados del vehículo, hasta la llegada de paramédicos de la Cruz Roja, quienes los trasladaron a un hospital local.

Los dos jóvenes accidentados quedaron tendidos en los carriles de circulación, pero por fortuna había poco tráfico en los momentos del incidente. Aunque los médicos que acudieron al llamado de auxilio actuaron de inmediato, uno de los hombres cayó en un paro cardíaco por lo que su estado de salud fue reportado como grave. Se trataba de Giovanni.

Sin recuerdos

“¿Cómo pasó mi accidente?, no sé, no recuerdo nada de eso”, dijo De Vega Rubio.

“Iba con un ex amigo, él dice que yo iba manejando, pero los peritos que nos encontraron aseguran que yo no iba manejando por el tipo de golpes y todo lo que me pasó. Él, mi amigo, sólo se quebró la rodilla derecha y se cortó la cabeza, en cambio yo, tuve muchas heridas. Para mí no ha pasado nada, pero supuestamente dicen que morí por varios minutos y me reanimaron”, añadió el joven.

Su rodilla derecha se quebró. Se le rompió la tibia y peroné de la pierna izquierda. El brazo izquierdo también se le rompió y la mandíbula se fracturó.

Además, tuvo un trauma cráneo encefálico en la parte posterior de la cabeza, que provocó que actualmente padezca la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) y, por ende, paresia del lado izquierdo de su cuerpo.

“No muevo bien mi lado izquierdo por ese golpe tan fuerte, además, por la intensidad del accidente estuve en coma, duré inconsciente cuatro meses. No recuerdo ni cuando salí, ni cuando desperté”, comentó.

El inicio de su nueva vida

Tras despertar del coma, Gio asumió que volvió a nacer. Después de esos tres años, tras una serie de operaciones para reconstruir algunos de los daños causados por el accidente, ha encontrado una gran oportunidad para salir adelante, aunque él sabe que habría podido hacerlo sin personas a quienes él llama ángeles.

Destacó que, en parte, el nuevo inicio es gracias al empleo que le ofreció Salvador Delgado Martínez, mejor conocido como Chavo dentro del municipio de Corregidora y quien coordina el programa Inclusión a Personas con Discapacidad en la Administración.

“Es el primer trabajo de esta nueva vida que tengo después del accidente. Gracias a Dios la oportunidad es un súper apoyo, no tengo con qué darles las gracias, esto supera todo, como yo le he dicho a la gente cuando les platico lo que me pasó, creo que Dios me mandó ángeles, la verdad, uno de ellos es Chavo y otro es el presidente [municipal Mauricio] Kuri, ellos son ángeles para mí”, expresó.

Reconoció que sus familiares estaban angustiados cuando pasó su accidente y no era para menos. “Ellos hablaban conmigo cuando estuve en coma, ya cuando desperté me contaron que mi hermano, Mario, un día fue a hablar conmigo para decirme que despertara y que me iba a regalar un carro color rojo, un mes después desperté y cuando lo vi le pregunté: ¿dónde está mi auto rojo?’, yo cumplí en despertar”, rememoró con su característica sonrisa que jamás desaparece de su rostro, a pesar de que no ha sido nada fácil la rehabilitación.

Evitan amputación

“Lo que he entendido es que mi vida no será lo mismo que antes”, afirmó Giovannie de Vega. Los doctores le han dicho que no se recuperará al 100%. “No podré hacer todas las cosas que hacía antes, pero lo importante es que me voy a recuperar”, señaló.

La gravedad de su accidente dejó muchas secuelas que enfrentar. La dificultad de mover su brazo izquierdo, la reconstrucción de su pierna izquierda, aunque después de esta operación surgieron más complicaciones.

“La fractura de tibia y peroné prácticamente tuvieron los doctores que reconstruirlos, porque se hicieron casi puré, de hecho traigo un clavo intramedular de la rodilla hasta el tobillo, que es lo que me ha mantenido la pierna, pero al colocarme unos inmovilizadores en el hueso, antes de colocarme un clavo, estaban sucios y se me infectó el hueso, por lo que se me hizo una osteomielitis crónica, que es una fístula de medio centímetro que la he tenido estos tres años, nunca se cierra, hasta que me quiten el clavo que también está contaminado, de hecho me iban a amputar mi pierna por la infección, para evitar que llegara a la sangre”, detalló el ahora trabajador de la Secretaría de Seguridad.

Sin embargo, “otro de mis ángeles, el doctor Benito Escutia, a quien sigo viendo y me sigue atendiendo, me ayudó a salvar mi pierna, primero me trató con antibióticos y se calmó la infección, ahora tienen dormida la bacteria, lo que evitó que me amputaran la pierna”, añadió Gio con ánimo.

Es por eso que ahora buscará comprar una prótesis, que necesita forzosamente, pero los gastos han sido también una carga adicional.

“Por ejemplo, cuando me iban a amputar me salió como en 40 mil pesos el hospital, porque ya estaba programada la operación y a la mera hora no se ocupó, el quirófano lo habían apartado, pero a la mera hora no me operaron, pero sí lo cobraron”, relató.

La prótesis llegará hasta que tenga bien la otra pierna y hasta que vuelva a juntar dinero para la operación. No importa que sea en unos años más, eso no lo desanima.

La vida sigue

Giovannie ha salido adelante, gracias al apoyo de toda su familia, su buena actitud ante la vida y la ayuda de una persona que conoció antes de su accidente, Lorena Navarrete Torres, con quien está a punto de irse a vivir, después de pasar todas las complicaciones.

“Con ella empecé a andar, después tuve mi accidente, por lo que se convirtió en fisioterapeuta y me ayudó a salir adelante. Es otro de mis ángeles, a quien ya considero mi esposa y ya vamos a vivir juntos”, expresó.

Aparte, en su nuevo trabajo, donde también está a punto de iniciar con el horario completo de ocho horas (empezó con medio tiempo), ha encontrado una gran aceptación por parte de sus compañeros, quienes lo consideran un ejemplo de vida.

“Me han tratado súper bien, me ayudan en muchas cosas, obviamente soy nuevo y voy aprendiendo, de hecho mis compañeros oficiales me ayudan cuando llego y me tengo que retirar, me empujan la silla, pero me cuesta trabajo porque sólo puedo utilizar la mano derecha para mover la silla, me apoyan mucho”, aceptó.

A sus 30 años, Giovannie de Vega Rubio no se da por vencido. Está consciente de que todavía queda camino que recorrer en su rehabilitación, pero asume la vida con gran alegría, las oportunidades como nuevos retos y no se siente limitado para nada.

Aunque vive sobre una silla de ruedas, no deja de sorprender a propios y extraños. Él siente que volvió a nacer hace tres años, se esfuerza por salir adelante con una constante: su sonrisa y alegría por estar vivo.

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