“Si yo pudiera pedirle algo a Dios sería que acabe con los narcotraficantes de este país, con la inseguridad que afecta a las mujeres, con las malas personas que quieren destruir el país, para mí nada”, declaró Pati Chapoy al ponerse en el lugar de la protagonista de la obra Terapia divina, que se estrenó la noche del viernes en el Teatro San Jerónimo Independencia, en la Ciudad de México.

La periodista de espectáculos amadrinó el arranque de temporada, en la que Eric del Castillo y Erika Buenfil interpretan a Dios y una psicóloga, quienes en una sesión de terapia trabajan sus frustraciones y dudas.

“Lo hago con mucho cariño, el trabajo de los dos me gusta mucho y es un privilegio que podamos gozar de su actuación”, comentó Chapoy.

La periodista aprovechó su paso por la alfombra roja para aclarar el rumor de su posible salida de Azteca. “Es obvio que en algún momento voy a decir: ‘hasta aquí llegué’. No es el momento. No me angustio pensando en qué voy hacer mañana; no me preocupa lo que publiquen, lamentablemente en las redes se publica mucha mugre y los medios serios debemos hacer a un lado esa información”.

También negó que tenga conflictos con Alberto Ciurana, director de contenido y distribución de Azteca, alegando que hay una buena relación basada en el respeto por el trabajo que hacen cada uno.

Agripada y con un poco de temperatura, llegó Verónica del Castillo. “Estoy muy contenta y orgullosa, sobre todo porque ya pulieron todos los detalles que estaban fallando y por eso hoy los recibimos”, comentó.

Alguien que llamó la atención a su llegada fue María Antonieta de las Nieves, quien se dijo contenta de que la semana que entra comenzará a trabajar, después de pasar cinco meses cuidando a su esposo Gabriel Fernández, quien estuvo delicado de salud.

Por último arribó Nicolás, el hijo de Erika Buenfil, quien declaró que está muy orgulloso de su madre.

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