Cansado de Toto, protagonista de la saga animada de Huevocartoon, Miguel Rodarte hará todo lo posible para frenar su crecimiento, incluso poniéndolo a grados bajo cero.

El actor de El Tigre de Santa Julia presta su voz a Un gallo congelado, cinta en producción, compartiendo créditos villanos con Arath de la Torre (Antes muerta que Lichita).

“Mi personaje, en el afán de lograr su objetivo, de querer interrumpir el proceso del protagonista, comete muchas tonterías”, dice.

“Es la primera vez que trabajo en un proyecto de animación donde, a partir de la interpretación, se va a ir generando al personaje, uno como pirata”, agrega el actor.

Un gallo congelado sería estrenada en 2022 luego de Huevitos en fuga, cinta que ya se encuentra en producción pero que, por naturaleza del género, tarda entre dos y cuatro años su hechura.

Rodarte y los hermanos Riva Palacio se conocen desde hace años, cuando el también actor de Salvando al soldado Pérez los apoyó en un piloto de ficción, que no se concretó.

Hasta ahora las entregas de Huervocartoon, globalmente, registran más de 10 millones de asistentes.

En Utah, EU se encuentra actualmente participando en el Festival de Cine de Sundance con el filme Tiempo compartido.

La historia dirigida por Sebastián Hoffman (Halley) es sobre dos familias diferentes a quienes por error, se les pone en la misma villa, teniendo varios problemas.

Cassandra Ciangherotti (Paradas continuas) y Luis Gerardo Méndez (Club de cuervos) integran el reparto de la cinta que luego viajará a los festivales de Rotterdam y Guadalajara.

“Ya llevo todo lo que me pueda cubrir del clóset, para abrigarme, pues dicen que está a menos de seis grados”, dice divertido.

“Uno no trabaja para los premios, pero cuando el resultado del trabajo es fascinante y da una posibilidad de competir y estrenar en un lugar como Sundance, es gratificante”, agrega.

A su regreso, el sinaloense de 46 años se meterá de lleno a la preparación de un documental que mostraría los patrimonios que tiene México para la humanidad.

Visitaría lugares como la zona prehispánica de Tajín, las haciendas tequileras en Jalisco y las cuevas con pinturas rupestres.

Bajo el título Soñemos México, lo produciría con su compañía Kinomakina y su socio Eduardo Márquez.

“Hay más de 30 lugares así, entonces para un largometraje no podemos tocar todos, pero sí lugares como esos”, señala.

“Se hará a partir de gente que había cerca de ellos, las ganas de estar ahí, lo luminoso del lugar, queremos ingresarla a los fondos (de Imcine) para hacerlo”, abunda.

Luego espera la concreción del proyecto Zhai, una coproducción mexicana con la República China.

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