Dueño de un castellano que envidiaría cualquier niño de su edad, o incluso un par de años más grande, Abimael Pérez García cuenta su historia: “Yo soy de una comunidad llamada de San Pablo Macuiltianguis, en Oaxaca. Cuando yo era pequeño vivía con mis papás ahí, pero la comunidad prohibía poder hablar la lengua materna”, señaló Abimael, quien cursa el primer año en la Telesecundaria 118 de la capital oaxaqueña.

Como una medida para que la mayoría de la población de San Pablo Macuiltianguis hablara el español, el integrante de la selección de la Academia de Basquetbol Indígena, apuntó que en su comunidad se castigaba a quien hablara el triqui.

“Si alguien hablaba la lengua materna daban castigos, cuando salimos del pueblo yo no la aprendí, pero me doy cuenta de que es algo bonito, que aparte de que me gusta, quiero aprender. Por eso les digo a mis abuelitos que me enseñen”, señaló Abimael, quien terminó la primaria con promedio de 10.

Sobre las sanciones que imponían en su comunidad por hablar el triqui, Abimael no quiso especificar de qué tipo eran y prefirió opinar que se debe apoyar más la lengua indígena, como lo hacen en otras poblaciones.

“Yo quiero hablar mi lengua materna, es algo que me gustaría mucho y estoy seguro que a otras personas de San Pablo Macuiltianguis les gustaría hablar”.

Abimael no sólo ve en el basquetbol su deporte favorito, sino que ahora lo entiende como una manera de salir y proyectar un mejor futuro para su vida. “El basquetbol es nuestra salida. Ya no es un deporte sino nuestra salida. Nos ha hecho ser unas personas mejores, nos transformó, nos cambió la vida, no sólo a mí sino al resto de mis compañeros”, comentó durante el recibimiento que les ofreció a los niños triquis la delegación Miguel Hidalgo.

Sin descuidar sus estudios, Abimael apuntó que gracias al basquetbol ha conocido diferentes países, por lo que que más allá de enriquecer su nivel deportivo, le ha servido para un crecimiento personal. “Estar en otros lugares del mundo es muy importante. Nos da la oportunidad de conocer la cultura que tienen en esos países como Argentina, Estados Unidos. Tenemos que aprovechar eso para nuestro bien”.

La próxima oportunidad que tendrán Abimael y el resto de los Gigantes descalzos de la montaña será del 14 al 16 de diciembre, cuando viajen a Los Ángeles para disputar la primera copa Oaxaca México-Americana.

Para el próximo año, los niños triquis ya tienen agendado un duelo a visita recíproca con la selección del DF, además de compromisos en Boston, Barcelona y los que se sigan sumando.

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