Hay una parte de Francisco Javier Rodríguez que no ha dejado de ser rojiblanca. Está en su ADN. Aunque también ha vestido las camisetas del América y el Cruz Azul, al zaguero le duele el oscuro presente del Guadalajara, ese que se podría complicar más el domingo.

Líder y referente de la defensa celeste, El Maza confiesa su cariño por el equipo que le abrió las puertas de la Primera División, al que acercará un poco más al abismo, si lo vence sobre el césped del estadio Omnilife.

El Rebaño Sagrado siempre será especial para el tres veces mundialista, pero no hay espacio para la condescendencia, no entre instituciones “grandes”, así es que aconseja sacar ventaja de la desesperación experimentada por los tapatíos.

“Claro que sí, hay que aprovechar eso”, sentencia. “Ellos están en una situación y nosotros, simplemente, [debemos] ir por los tres puntos”.

“Lamentablemente, ellos están en un problema, pero no debemos fijarnos en eso, sino en qué vamos a hacer para seguir ascendiendo [en la tabla]”.

Será un juego de emociones encontradas. Por más que pondera el profesionalismo, le resulta imposible negar que su corazón se exprime cada que las Chivas fallan en el intento por dejar los últimos sitios de la clasificación que define el descenso.

Los jaliscienses ocupan el puesto 16 de esa tabla, sólo por encima del atribulado Puebla y la Universidad de Guadalajara.

“Ojalá se salven, pero que consigan puntos después del domingo”, comparte el defensa central. “[El Guadalajara] es un equipo importante y ahora está en esa situación que no es agradable, pero debemos hacer lo nuestro y ganar, porque lo necesitamos”.

Tanto numérica como anímicamente. Además de ser uno de esos juegos que el numeroso pueblo azul exige ganar, los rojiblancos podrían ser el trampolín que La Máquina busca para catapultarse a los sitios de vanguardia.

“Sabemos que es un juego importante para la afición, de los que espera cada torneo, por lo que saldremos con el deseo de darle una alegría”, advierte el sinaloense, quien hace casi 12 años se presentó en el máximo circuito.

Rodríguez atesora la época vivida con el Rebaño Sagrado en la principal categoría y su paso por las divisiones inferiores del club, así es que “siempre será importante jugar contra ellos. Son muy bonitos recuerdos para mí”.

“Es la institución que me dio la oportunidad de ser el jugador que soy hoy, la que me permitió lograr mis sueños como jugador profesional y, conforme fue pasando el tiempo, fui mejorando. Todavía no me pongo topes”, presume.

El siguiente paso es consolidarse como pieza clave en el esquema de Luis Fernando Tena. Su llegada cubrió a la perfección el hueco dejado por el lesionado Luis Amaranto Perea.

Coincidir con el hoy estratega azul en la Selección Nacional aceleró su proceso de adaptación.

“Es una formación que no desconocía: línea de cuatro [defensas]. El tiempo que estuve en Europa jugué siempre así”, recuerda. “Me ayudó conocer al cuerpo técnico, a varios compañeros, y la adaptación fue muy rápida...”.

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