Tras una sequía de 16 años, Estados Unidos volvió a ganar un Mundial de Basquetbol en Turquía 2010. Refrendar esa ansiada corona no será nada fácil.

LeBron James, Carmelo Anthony, Kevin Durant, cuatro de las máximas estrellas del deporte declinaron participar.

“Ha sido una decisión muy dura, pero creo que es lo mejor para mí”, dijo Durant, quien implantó una marca de puntos en unos Juegos Olímpicos al sumar 156, incluidos 30 en la final ante España y ayudó a ganar el oro en el Mundial de hace cuatro años.

“Ya jugué con la selección en 2010; fue una de las mejores experiencias de mi vida y también en 2012, pero ahora lo mejor para mí era dar un paso atrás y prepararme la próxima temporada y descansar tras un año muy largo”, explicó.

Pero no sólo los consagrados desdeñaron este Mundial.

Jóvenes talentosos en ascenso como Kevin Love, Russell Westbrook, quienes aportaron en menor medida a ganar el oro en los Olímpicos de Londres 2012, tampoco quisieron acudir. El Jugador Más Valioso de las Finales pasadas, Kawhi Leonard, de los Spurs de San Antonio también declinó.

Además, el veterano Kobe Bryant no podrá estar por lesión.

Todas esas ausencias dejan al equipo de Estados Unidos como segundo favorito a la corona, superados por los locales españoles, que vienen con sus mejores hombres buscando el ansiado oro.

Los estadounidenses, el equipo que más veces se ha proclamado monarca en Mundiales, ahora es liderado por James Harden, quien también estuvo en Londres.

En el papel, Derrick Rose, quien fuera nombrado el Más Valioso de la NBA hace un par de años, tiene más cartel, pero las constantes lesiones en las rodillas que lo han alejado de las duelas en los últimos años han aparecido otra vez.

Saber qué tanto va a aportar Rose, quien se perdió los últimos partidos de preparación, es una incógnita.

Si el jugador se reencuentra con parte de la explosividad que tenía en el pasado, Estados Unidos podrá pelearle a los españoles.

El entrenador Mike Krzyzewski, quien está al frente desde 2005, no quiere poner pretextos.

“Espero que ganemos, pero no soy tan listo para saber cómo terminarán las otras selecciones. Espero que ofrezcamos lo mejor de nosotros mismos”, dijo el coach.

El torneo se presenta como una gran oportunidad para nuevos jugadores como Anthony Davis, número uno del Draf en 2012, Kenneth Faried, DeMarcus Cousins, Mason Plumlee y Andre Drummond serán los encargados del juego interior del equipo, a priori el punto débil de la formación.

“Intentamos que haya un núcleo de nueve jugadores y que los otros tres se unan y ayuden. Nos sentimos bien, porque aunque han pasado muchas cosas, como las lesiones de jugadores importantes, estamos felices con lo que tenemos”, aseguró el entrenador.

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