Sin lugar a dudas, 2013 será recordado en el basquetbol mexicano por el logro histórico que fue ganar el premundial de Venezuela y lograr clasificar a un Mundial por primera vez en 40 años.

Ya con su pasaje sellado al Mundial de 2014, México se enfrentó en la final a Puerto Rico y con una canasta de Lorenzo Mata y un punto de tiro libre de Paul Stoll se impuso 91-89 para colgarse la medalla de oro.

“La oportunidad se dio, hicimos un buen trabajo para todo México y espero que esto le dé un impulso al deporte”, dijo Gustavo Ayón, quien fue la gran figura de México en el torneo.

“El basquet en nuestro país está en reestructuración, espero que se proteja al jugar y sigamos avanzando”, agregó.

Ayón encabezó a un grupo de jugadores que llegó por la puerta de atrás al torneo, porque llegó al premundial en calidad de invitado tras una suspensión impuesta por la Federación Internacional de Básquetbol a Panamá, debido a los conflictos que agobian al baloncesto del país centroamericano.

“Jugamos con humildad y fuimos creciendo a lo largo de la competencia, tuvimos algunos baches, pero si algo fue importante fue el factor anímico y la voluntad de hacerlo cada vez mejor”, dijo el entrenador de México, el español Sergio Valdeolmillos.

“Esperemos que esto sea un detonante para que el baloncesto pueda alcanzar un lugar importante en México”, añadió.

Mexicanos, boricuas, argentinos y dominicanos ya estaban clasificados al Mundial de España 2014 tras convertirse en los semifinalistas del torneo.

Estados Unidos, el quinto representante del continente se clasificó directo al ganar la medalla de oro en Londres 2012.

México irá a su quinto Mundial y el primero en cuatro décadas.

“Parece fácil al decirlo, pero estamos hablando de 40 años”, dijo Jovan Harris, un veterano de 32 años, que se lució en el torneo, pero especialmente en la final ante los boricuas.

Argentina, además de clasificar, tuvo como premio el bronce, algo que llegó a ser impensable, luego que en la segunda ronda quedó al borde del abismo tras perder sus dos primeros compromisos.

Con victorias 89-63 ante Uruguay y por 73-67 ante Canadá, sumado a una combinación complicada de victorias y derrotas de sus otros siete rivales en la segunda ronda logró la clasificación al Mundial y a las semifinales del torneo por la mínima.

En medio de una transición, Argentina se presentó en Caracas con un equipo mucho más débil que en oportunidades anteriores, particularmente al comparársele con su “generación dorada” que ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y el bronce en los Juegos de Beijing 2008, con jugadores de la talla de Emanuel Ginóbili.

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