TOLUCA.— Un error administrativo podría costarle al Cruz Azul perder las tres unidades ganadas ayer en el estadio Nemesio Díez.

Entre los suplentes anunciados por los Cementeros, y colocados en la hoja de alineaciones repartida por el Toluca, aparecía el nombre de Alan Vidal, con el número 31, pero quien salió al banquillo fue Jesús Lara, cuya camiseta es la 32.

Integrantes del cuerpo técnico celeste se percataron de la anomalía minutos antes de que finalizara la primera mitad, por lo que retiraron al chico, quien ya no tuvo participación, ni siquiera en el banquillo.

El problema es que, según el Reglamento de Competencia de la Liga MX, esta situación puede considerarse alineación indebida y el castigo es la pérdida de los tres puntos.

Según se estipula en el Artículo 37, una de las cuatro causales de alineación indebida es “la participación de un jugador que no esté registrado en la hoja de alineación, ya sea como titular o suplente”, situación que ocurrió con Lara.

En el 38 se aclara que la Comisión Disciplinaria lo perseguirá de oficio y, en el 39, se estipula que si el equipo infractor se llevó el triunfo, como es el caso de La Máquina, “los tres puntos en disputa se adjudicarán al club contrario. En cuanto a los goles anotados, todos ellos serán anulados y el resultado final será 3-0 a favor del club que actuó legalmente”.

Consultado vía telefónica por EL UNIVERSAL, Enrique Bonilla, director de la Liga MX, asegura “no tener información” al respecto. “Cuando la tengamos, el área correspondiente tomará la decisión que deba”.

La humildad de Vázquez

Después de ganar tres partidos consecutivos, Guillermo Vázquez sólo se enfoca en clasificar a la fase final. Callar a sus críticos no le interesa.

“No pienso en eso”, sentencia el director técnico del Cruz Azul. “Más bien, confío en el trabajo y el respaldo de los jugadores, que es lo más importante. No me pongo a pensar en lo demás, no me molesta ni afecta”.

Aunque rechaza que el buen paso de sus dirigidos se deba a un simple capricho de la fortuna. En su diagnóstico, son los frutos del trabajo realizado desde hace meses.

“No es suerte. Esto se basa en trabajo y convicción”, sentencia, con cierta dosis de molestia. “Nos costó trabajo encontrarlo [el buen nivel], eso sí, pero todo esto no es por casualidad, sino porque [los jugadores] están conscientes, convencidos...”.

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