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Cruzaron el océano Atlántico con equipaje ligero, sin la pesada carga que representan las ilusiones de un pueblo harto de decepciones, lo que invade de alivio a los Cementeros.

No es que el Cruz Azul evada la responsabilidad en el Mundial de Clubes, torneo en el que hoy se presenta contra el Western Sydney Wanderers de Australia, pero sus integrantes reconocen que les conviene el esceptiscismo mostrado por la afición.

Después de no clasificar a la Liguilla del Apertura 2014 y ser eliminada en la ronda grupal de la Liga de Campeones de la Concacaf, La Máquina viajó a Marruecos envuelta en dudas, lo que —para los jugadores de Luis Fernando Tena— resulta benéfico.

“Es mejor, porque a veces cuando vas y estás muy bien, te ponen favorito... En ocasiones te terminan pegando un palo bárbaro”, recuerda el delantero Mariano Pavone. “Cuando vas calladito, que nadie confía, es mejor para conseguir resultados”.

Hipótesis que esperan materializar sobre los céspedes africanos, más allá de que el Real Madrid y el San Lorenzo luzcan como los principales candidatos para llevarse el título.

Todos saben que el pasado reciente no ofrece argumentos para soñar con un batacazo, aunque también que nadie puede impedirles albergar la ilusión de escribir la página más dorada en la historia de la institución.

“¿Por qué no? Hay que ir paso a paso”, aconseja el atacante Christian Giménez. “El grupo tiene que ser consciente de que mucha gente no nos tiene fe, lo cual nos debe dar fuerza para estar más unidos que nunca”.

Y cumplir con la expectativa mínima que se tiene, la cual es doblegar a los oceánicos y enfrentar al todopoderoso club blanco en la semifinal.

Pese a que se fueron de México hace casi dos semanas, con el objetivo de adaptarse al uso horario de Marruecos (seis horas más que en el Distrito Federal) y alejarse de las múltiples críticas por su doble fracaso en el actual semestre, los celestes reconocen cierta tensión en el grupo.

“La presión es representar a México, a Concacaf, y saber que a pesar de que mucha gente no da nada por nosotros, queremos hacer historia; estamos con esa mentalidad”, presume el ‘Chaco’. “Tenemos el equipo, ganas, el fundamento, para hacer un grandioso Mundial de Clubes y dar la sorpresa”.

“Sabemos que este semestre quedamos en deuda y ojalá podamos terminarlo dándole una alegría a la afición, porque se lo merece”, complementa el ‘Tanque’ Pavone.

La única forma de hacerlo es con una victoria sobre el Western Sydney Wanderers, sin importar lo que el campeón asiático pueda ofrecer sobre el terreno de juego.

“Como institución, sí es una obligación [ganar este día]”, admite Mariano. “Respetamos al Sydney, porque ellos también deben tener la ilusión [de imponerse], pero la idea nuestra es llegar al partido del Real Madrid”.

“Sabemos que después sería un partido muy difícil, pero en el futbol todo se puede lograr”.

Por lo que una derrota en el debut es opción, así es que prometen no caer en excesos de confianza ante un equipo que se fundó hace dos años.

Cruzaron el océano Atlántico y llegaron hasta África con equipaje ligero, les sobra espacio, en el que pretenden colocar el pesado trofeo entregado al monarca del Mundial de Clubes.

“La meta es el campeonato”, advierte Giménez. “Sabemos que hay equipos fuertes, como el Real Madrid y San Lorenzo, pero es nuestra meta”.

Y se apoyan en el escepticismo.

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