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Si te llega aún de manera física, ¿sabes dónde quedó tu último estado de cuenta? Si no lo sabes y estás pensando que quizá lo tiraste a la basura sin hacerle mucho caso, estás entonces seguramente en riesgo de que te roben tu identidad. Porque hoy, según han alertado autoridades, incluso hay personas que están en los basureros buscando documentos bancarios rotos para rearmarlos y con ello tener el poder de realizar fraudes hipotecarios o a tu tarjeta de crédito.

Quizá no lo pienses muy frecuentemente, pero tus datos personales no están completamente a salvo. Por ejemplo, ¿Estás seguro de que la última vez que pagaste con tu tarjeta de crédito y para ello tuviste que mostrar tu identificación en un restaurante, por ejemplo, no le tomaron una foto a ambos documentos para poder usar los datos indebidamente?

Si no lo estás, entonces podrías estar en problemas muy pronto, porque ésta también es una forma en la que los delincuentes hurtan tus datos y los utilizan para robarte.

¿Te llegó un correo institucional –o eso parece– de tu banco el cual te solicita tus usuarios y contraseñas para realizar una supuesta actualización y tú respondiste y proporcionaste la información? Ojo porque esto se llama phishing y es la forma más común, de acuerdo con información de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) seguramente también acaban de robarte tus datos.

Estas y muchas otras formas son las que hoy utiliza el crimen para hacer uso indebido de los datos personales de la gente y cometer robos y fraudes. De hecho, este delito se ha disparado 40% tan sólo en el primer semestre del año, respecto al mismo periodo de 2014, según dio a conocer en días recientes la Condusef. El monto de reclamo fue de 118 millones de pesos y de cada 100 reclamaciones que pueden imputarse a un fraude, dos corresponden a un posible robo de identidad. Éste es justamente eso —lo define la Condusef— cuando una persona obtiene, transfiere o se apropia de manera indebida de los datos personales de otra sin su autorización, usualmente para cometer un fraude o delito. Los datos personales son nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y de seguridad social.

En este delito, tanto empresas como usuarios tienen algo de responsabilidad, sin embargo, el usuario es el “eslabón más débil” de esta cadena de seguridad, debido a que las personas son proclives a vulnerar su seguridad por alguna recompensa a cambio, explica Rommel García, socio de asesoría en Tecnologías de la Información de la consultoría KPMG.

“La mayoría de los casos tiene la culpa el usuario. En algunos casos puede existir fuga de información por parte de las empresas, pero la mayoría es a causa de las personas. Muchas veces nos dicen que habrá una ganancia a cambio de algún dato y en la realidad no es cierto. Muchos robos de identidad se dan por engaño a la persona”, asegura.

Es muy tentador proporcionar nuestros datos a cambio de un regalo, de un descuento o de una promoción pero esto puede salirnos caro, así que el primer paso para protegerlos es saber a quién se los estamos compartiendo y con qué fin se hace, explica Hugo Castrejón, CEO de Banwire, una empresa dedicada a proporcionar el servicio de pagos en línea. Por supuesto, cambiar nuestra información por una promoción de una empresa desconocida, no vale la pena.

Seguramente no lo has hecho pero la recomendación es que empieces ahora: revisa las políticas de manejo de datos de cada empresa a la que le compartes tu información.

“En las políticas de manejo de datos viene por qué están recabando los datos, cuáles son los fines y sobre todo, cuales son las medidas de seguridad que la empresa está tomando”, explica Hugo. Cuando dices “acepto”, sin leer, estás dando tu consentimiento a algo que no sabes y de lo que puedes arrepentirte más adelante.

El robo de identidad puede ocurrir a través de cualquier medio, ya sea de manera física (alguien te roba tu estado de cuenta, por ejemplo) o de forma electrónica, así que tienes que tomar medidas en todos los frentes.

Los consejos

Éstas son medidas que debes tomar en cuenta para reducir el riesgo de robo de identidad.

No compartas tu contraseña. O si lo haces por alguna emergencia, cámbiala lo antes posible. La recomendación de KPMG es que uses arriba de ocho caracteres alfanuméricos o incluso que utilices mayúsculas y minúsculas para hacerla más difícil.

Revisa que la página sea segura. Debe tener https y un candado que te muestre que el sitio es seguro. No navegues en páginas que no lo son.

Revisa constantemente tus estados de cuenta y tus movimientos. Aquí podrás darte cuenta de algún movimiento que no hayas hecho. En este caso, puedes acudir a la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Elimina tus documentos. Cuando te deshagas de tarjetas de crédito vencidas o información personal o financiera, pon atención en la manera en la que los destruyes. Hazlo cuidadosamente y cuida romper todas las series de números y los nombres completos en muchos trozos para que nadie los pueda volver a unir.

Cuida lo que publicas en redes sociales. Las ganas de que la gente te conozca puede llevarte a publicar datos sensibles como tu dirección, a dónde viajas, cuántos coches tienes, etcétera. “Estos datos son críticos y sensibles en cuanto a la protección de cada persona”, asegura Rommel.

No dejes tu perfil público o si lo haces, no proporciones datos a través de este medio.

Elimina cualquier correo electrónico sospechoso. Es más, ni siquiera lo abras y si puedes repórtalo al proveedor de internet para ayudar a erradicarlos, recomienda la Condusef.

Nada es gratis. Muchas veces queremos descargar música, videos, o algún otro elemento en la red. “Nada en internet es gratis y si alguien nos va a proporcionar acceso a una película o a música, es porque va a obtener algo de nosotros”, sostiene el especialista de KPMG. Asimismo, sólo navega en páginas legales.

No envíes contraseñas ni datos. No lo hagas a través de correo electrónico ni de redes sociales. Además, recuerda que tus contraseñas no tienen que ver con datos personales como fechas de nacimiento, números telefónicos o nombres tus familiares y amigos, recomienda la Condusef.

No uses equipos públicos. Trata de conectarte siempre desde tus dispositivos pero si por alguna razón tienes que hacerlo en uno público, ten cuidado de que tu información no quede grabada en ellos.

Borra el historial así como tus contraseñas de correo electrónico y redes sociales.

Ni un dato a encuestadores. Ya sea de manera telefónica o personal, hay personas que están haciendo encuestas y que pueden acercarse a ti proporcionándote la información de algún servicio que ya tienes. “Cuando la gente siente que le proporcionan datos de él, esta persona es de confiar, lo cual no es cierto. Entonces la regla número uno es no proporcionar datos a ningún tipo de institución que supuestamente lo esté solicitando”, explica el experto de KPMG.

¡Desconfía! Ésta es una regla. Nada es gratis, nadie va a regalarte nada sin pedirte nada a cambio. Así como desconfías de cualquier personas que se te acerca en la calle, hazlo de quien te quiere sacar información por teléfono o a través de correo electrónico (phishing), recomienda Rommel.

Cifrar tu información. La recomendación es buscar a un especialista para que te ayude a cifrar tu información personal, porque de esta manera estarás protegido incluso si te roban tus dispositivos.

Compra con cuidado. Debes asegurarte de que el sitio en el que vas a comprar por internet es fiable, y para ello, debes cerciorarte que el proveedor debe informar sobre su identidad, denominación legal, políticas de venta y de privacidad, así como datos de su información física, sostiene la Condusef.

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