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México cuenta desde hace ya varias décadas con una vocación industrial y manufacturera importante; las razones de ello son varias, su localización geográfica y por tanto la cercanía con el mercado más grande del mundo, apertura económica y tratados comerciales con los más importantes mercados del mundo, costos laborales, de transporte y logística altamente competitivos, entre otros.
El sector industrial mexicano se ha constituido como una pieza clave en las cadenas de valor globales de diferentes industrias como la automotriz o la de manufacturas eléctricas y electrónicas, entre muchas otras más, sin embargo, resulta altamente importante que en el país se desarrollen nuevas actividades de alto valor agregado.
Sin duda, la llegada de las manufacturas aeroespaciales hace algunos años es en principio una de las oportunidades más importantes que deben aprovecharse, no sólo como la entrada a uno de los sectores industriales de alta tecnología más dinámicos en todo el mundo, sino como parte de una estrategia para lograr un mayor desarrollo y crecimiento económico.
Es de destacar, que el auge del sector aeroespacial a nivel mundial, y el reforzamiento de la oferta encabezada por países altamente manufactureros como China, responde a una megatendencia de mejor conectividad y una demanda creciente de viajes a gran escala y con mayor eficiencia.
Tan sólo entre los años 2003 y 2012, este sector ha tenido un crecimiento promedio anual del orden de 5.7%, esto es, casi 4 puntos porcentuales por arriba de la dinámica del agregado de la manufactura nacional. En materia de empleo, la industria aeroespacial ha pasado de 7 mil 325 a 19 mil 289 empleos en el mismo periodo, lo que significa un incremento de 11.4 % en promedio por año.
Es importante decirlo, la relevancia de este sector no concluye con su dinámica particular, se trata de una industria inmersa en una cadena de valor que comprende desde la fabricación de aluminio, hierro y acero hasta la de componentes electrónicos y el transporte aéreo, entre otros; justo ahí es donde radican las mayores oportunidades y los más grandes retos y desafíos.
En 2013, según datos de MEXICONOW, en México había alrededor de 290 firmas de esta industria y se espera que para el año 2020 haya hasta 450 en áreas de ingeniería y diseño, mantenimiento y manufacturas aeroespaciales. Todas y cada una de ellas, con requerimientos especiales en cuanto a materiales, insumos de alta tecnología y por supuesto mano de obra calificada en la materia.
Es especialmente relevante que en México se desarrollen esfuerzos conjuntos entre el sector público, la iniciativa privada y la academia, para preparar el terreno y el desarrollo de esta industria, que si bien aún es incipiente, representa el futuro de la industria manufacturera nacional.
Se requiere por tanto, una política industrial apropiada, que garantice un ambiente de negocios adecuado y la atracción de inversiones hacia este sector, pero también esfuerzos empresariales precisos, que estén acompañados de un análisis profundo de la industria, de sus áreas de oportunidad y vínculos con otras, ya sea en materia de proveeduría o bien en el desarrollo de nuevas tecnologías.
Es especialmente relevante que esta política integre a las Pymes y brinde más y mejores apoyos a la capacitación, a la certificación, al desarrollo de proveedores, que cuente con medidas contracíclicas para garantizar la permanencia de estas empresas ante variaciones exógenas en la demanda o la oferta de materia prima y por tanto de seguridad al empleo.
Esta industria, debe estar acompañada de estudios asociados a la identificación de tecnologías y productos disponibles en el territorio nacional, que puedan ser utilizados por esta misma. Es indispensable que se haga un análisis prospectivo a profundidad y una planeación estratégica con base en diferentes escenarios, que contemplen lineamientos y acciones estratégicas precisas en búsqueda del éxito corporativo y un nuevo estado de desarrollo económico nacional.
Es altamente importante que se genere una vinculación estratégica con el sector académico para formar el capital humano necesario y con otras industrias nacionales como la acerera, la electrónica, la de software especializado, sólo por dar algunos ejemplos, con la finalidad de desarrollar la mayor parte de los insumos en el territorio nacional.
Es evidente, se trata de un sector con fuertes oportunidades para los inversionistas y capitalistas nacionales y extranjeros, pero también representa una ventana de oportunidad para todo el sector industrial mexicano y por tanto para las regiones, familias y empleados por este sector, siempre y cuando se garanticen las condiciones adecuadas y un ambiente de negocios saludable, un esfuerzo que es de todos los involucrados.
* Presidente de Consultores Internacionales, S.C.