Pst, pst, ¿ya te quieres ir de tu oficina? Pero, ¿¡Cómo!? Tu jefe todavía sigue en su cubículo y seguramente no quieres que piense que no eres un empleado trabajador y comprometido con la empresa, ¿verdad?

Todavía en algunas oficinas mexicanas estar más de ocho horas es sinónimo de ser un empleado trabajador. Incluso algunos colaboradores, por iniciativa propia, suelen quedarse horas extra con el objetivo de demostrar que son indispensables.

En este sentido, las cifras demuestran que los mexicanos somos de los que más trabajamos; sin embargo, no, estar en una oficina no te hace lo más productivo. De hecho, trabajamos 461 horas —casi dos meses más— que el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sin embargo, somos cinco veces menos productivos que un irlandés, por ejemplo, según cifras del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC).

En cuanto a tiempo, casi 29% de los empleados tienen un horario de trabajo muy largo, mucho más que el promedio de la OCDE que es 9%, pero se necesitan tres mexicanos para producir lo de un español, según el CIDAC.

¿Cómo ser más productivos?

Una de las vías que, probablemente sin quererlo, ha aumentado la productividad en los últimos años, no sólo en México sino alrededor del mundo, es el trabajo flexible.

Éste puede entenderse como cambiar o comprimir las horas o el lugar de trabajo (por ejemplo en casa) o repartir el trabajo de una persona entre dos o varias, por poner un ejemplo.

Además de haber demostrado que mejora la calidad de vida e incrementa la productividad en los colaboradores, ha probado reducir los costos para las empresas.

“En México, las organizaciones están hoy mucho más abiertas al trabajo flexible. Primero estuvieron obligadas por la reducción de costos, pero luego se dieron cuenta que sí funcionaba y de los beneficios para ellos y para sus empleados”, asegura Cati Cerda, directora de Regus, México.

Los beneficios son grandes. Según el estudio La flexibilidad impulsa la productividad (Flexibility drives productivity) 72% de las empresas que implementó estos esquemas reportó haber incrementado su productividad como un resultado directo y 63% del staff reportó mantenerse motivado, debido a estas prácticas.

Si bien las empresas mexicanas cada vez están más abiertas a este tipo de trabajo, en algunos espacios prevalece esta práctica.

Héctor Márquez, director comercial México y Centroamérica para Manpower lo explica: “Es un aspecto cultural, somos personas que trabajamos muchas horas. Tradicionalmente se ha planteado que aquel que está más horas y que está más tiempo era más productiva”.

¿Qué se necesita hacer cuando tu empresa no ofrece esta forma de trabajo? Sigue leyendo.

Flexibilidad

A nivel global esta forma de trabajo ha sido bien acogida, ya sea por la reducción de costos o por los beneficios a la productividad.

El 81% de las empresas ya ofrece algunas opciones de esta forma de trabajar, según el estudio El trabajo flexible se vuelve global (Flexible Working Goes Global). Sin embargo, 40% restringe este tipo de trabajo a empleados senior. En México la restricción es mayor y 53% ofrece este beneficio a sus ejecutivos de alto nivel.

Sin embargo, esta forma de trabajar no es para todos. Los beneficios son abundantes, pero ¿por qué este aparente desaprovechamiento? Cerda explica que estos colaboradores tienen, tanto más madurez para ejercer esta forma de trabajo de manera responsable, como deberes que se ajustan más a estas dinámicas.

“Tiene que ver con el tipo de trabajo que haces, si eres analista o procesas pagos, tienes que estar en la empresa”, ejemplifica.

Cómo lograrlo

Si te lo propones, puedes lograr tener flexibilidad en tus horarios o en el lugar en el que trabajas, aunque dentro de tu empresa no sea una constante.

Estudios y especialistas en el tema coinciden en que la clave para que este tipo de esquemas funcionen es la confianza entre ambas partes, empleador y empleado.

“Sin un ambiente caracterizado por la confianza es muy difícil que pueda existir una relación exitosa... Al existir confianza a través de la organización, se eleva el compromiso de los colaboradores lo que hace que respeten los procesos y las reglas, logrando así una implementación exitosa”, explica el escrito The Great Place of Work.

Además, lograrlo exige planeación, honestidad, estrategia y otras cualidades. “Hay que ser estratégicos. Es como remar en un río caudaloso, el río no va a cambiar, pero tú puedes remar. El truco que es que tú seas más inteligente”, asegura Juan Manuel Juárez Letechipia, socio consultor y fundador de LID Centro de Liderazgo.

Primero, tienes que llegar a proponerle a tu jefe un plan. Éste debe ser estructurado. No puedes llegar con propuestas vagas y sin objetivos claros. “Tienes que llegar con una propuesta de qué días y por qué esos días. Tienes que dar una razón importante, ya sea familia, hacer ejercicio, estudiar una maestría. Sí, tienes que dar una razón de por qué hacer una excepción contigo”, explica Cati.

Lo que sí es un imperativo es que tienes que ser un buen elemento y debes tener el antecedente de que haces tu trabajo bien, explica la especialista, “si eres buen empleado, productivo, eres proempresa y pides la oportunidad, sería difícil que te dijeran que no”.

Orden

Para lograr tener un esquema de trabajo flexible, necesitas también ser disciplinado. Debes establecer con tu jefe acuerdos, pero tienes que disciplinarte para cumplirlos, explica Juárez. Ten la apertura de hablar con tu superior y proponer. “Mucha gente me dice ‘es que mi jefe no va a querer’, pero la realidad es que nunca han hablado con él”, asegura el coach.

Tienes que mostrar, además de disciplina, un orden en la manera de trabajar. De esta manera podrás respaldar con hechos que tu trabajo tiene un rumbo definido.

En este sentido, semanalmente debes plantearte objetivos y prioridades delineadas.

“Uno de los errores en los que caemos es que respondemos de manera reactiva a lo que va a pasando en la oficina sin un rumbo definido. Puedes sentir que entre más emergencias soluciones te sientes más productivo, pero no es así”, explica el especialista.

Así que llevar una agenda estratégica te ayudará a organizar tu trabajo de una mejor manera, a mejorar la productividad y a mostrar una buena cara para lograr un trabajo flexible.

Retroalimentación

Ésta es un camino a la productividad. Necesitas preguntarle a tus superiores cómo estás haciendo tu trabajo y cuáles son tus áreas de oportunidad, ya que esto te ayudará a mejorar tu desempeño y en el caso de que logres mantener un trabajo flexible, será una de las claves que te permitirán mantener este esquema de una manera exitosa.

“Es hacerte cargo de tu vida y hacer que las cosas pasen. Buscar retroalimentación es un acto heroico y deliberado, porque es buscar que te digan cómo te ven”, cita Juan Manuel.

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