El 7 de julio de 2014, las empresas tuvieron un nuevo aliado y para muchos un nuevo enemigo: la Autoridad Investigadora de la Comisión Federal de Competencia Económica. La nueva figura nació de la separación entre la parte investigadora y la resolutiva, ambas dentro de la Cofece (Comisión Federal de Competencia Económica). Carlos Mena Labarthe es la cara de las investigaciones.

El organismo autónomo que intenta “vigilar, promover y garantizar la libre competencia y concurrencia en los mercados” ya está sacando provecho de sus nuevas reglas de juego. La nueva figura investigadora, Carlos Mena, tiene separación de obligaciones. El organismo ha recibido más presupuesto, pero sigue siendo poco. Y son tantos los problemas de mercado que no se pueden abordar todos.

¿De qué mercados estamos hablando? De todos, excepto el de telecomunicaciones (para eso está el IFT). Ante todo esto, ¿quién es Carlos Mena Labarthe?

Entre dos pasiones. Este hombre de 35 años tiene dos vocaciones: el Derecho y la Economía. Si bien estudió leyes en el ITAM, también recibió clases de reconocidos economistas (ya es tradición que del instituto han salido distinguidos economistas directivos en empresas o funcionarios del gobierno federal).

Mientras estudiaba Derecho, buscaba un espacio en el apretado horario de la cancha de futbol rápido de la institución. Intentaba conseguir un lugar dónde entrenar con su equipo, conformado por estudiantes de Economía. Si quería verlos compitiendo, allí tuvo una buena oportunidad: pateando el balón.

En una ocasión, en un conato de pleito entre su equipo y otro, Carlos, como capitán de su escuadra, inmediatamente corrió a calmar a los dos que se enfrentaban. Incluso, su compañero tenía razón de protestar, pero Carlos impidió que fuera más allá. Se interpuso entre los dos dispuestos a romper las reglas. No estaba de acuerdo con lo que se discutía, pero prefirió abogar por el derecho de una buena discusión a que ganara la fuerza.

Es decir, tuvo un acercamiento a sus compañeros de Economía poco común: los vio en acción, no tomando clases.

No es raro ver entre sus lecturas, las menos densas, libros sobre la estrategia de Starbucks o Coca-Cola.

Tampoco es raro que comparta con sus amigos libros de Economía para no economistas. Después de todo, tiene que abordar temas económicos desde otras aristas para encontrar indicios de que algo anda mal y ponerse a investigarlo. Y para eso necesita que su organismo funcione muy bien.

Más dientes. La discusión sigue en la mesa. Aunque hay quienes dicen que el organismo autónomo tiene “más dientes”, un hecho es la separación entre los investigadores y los “juzgadores”. Con cierta independencia, las investigaciones pueden tener un cauce que el pleno no debe conocer hasta que se les presentan terminadas. Es decir, no pueden influir en su desarrollo, porque no pueden saber que se están desarrollando.

Sobre qué debe o no hacer Carlos Mena, es sencillo: lo que la ley le permita. En su caso, investigar, investigar e investigar. Cierto, ahora el organismo cuenta con más recursos (60% más), pero sigue apenas con 2% de lo que reciben todos los organismos autónomos.

Una de las políticas de Carlos Mena ha sido el trabajo enfocado en resultados. Usar eficazmente los recursos para obtener los mayores resultados, así que se puede esperar algunos casos importantes en las investigaciones. Ahora también está catalogada la práctica monopólica absoluta (como cuando hay colusión o un cártel que maneja los precios de algún producto) como un delito, así que también se esperan algunas detenciones que involucren a la PGR. Si hay evidencia de que algún directivo permitió tal práctica, veremos al directivo detenido. En teoría.

Así como es de todos sabido que si un expediente está mal formado, el caso lo puede ganar la parte culpable “por una salida de proceso”. La labor de Carlos es evitar tal salida.

La práctica hace al maestro. Este joven no es un novato. Tiene ya siete años en la Cofece, donde ha estado a cargo de casi todas las comisiones de investigación. Es un puesto que requiere conocimiento de la parte burocrática, de ahí que se dé a conocer como un experto en el tema de competencia.

Mientras reunía a su equipo de futbol en el ITAM, consideraba dos aspectos (entre otros): buena habilidad para jugar y que tuvieran disposición para jugar con compañerismo. En la parte investigadora de la Cofece su papel no es muy distinto. Ha buscado a los colaboradores ideales (tiene a su cargo 108 personas) y procura el mejor ambiente para la convivencia, todo enfocado en resultados.

Ser el mayor de su familia le dio responsabilidades que no había buscado, pero que hoy agradece. Su amigo, Jorge Ki, abogado del IMSS, lo conoce desde que ambos tienen memoria. “He sido testigo de su madurez. Cada vez que tenía más responsabilidad crecía más”.

Despacio, despacho. Carlos Mena Labarthe cambió el mundo de la iniciativa privada por el de los organismos donde pudiera hacer la diferencia en la competencia. Antes, al trabajar para el despacho Basham, Ringe y Correa, sus clientes podrían ser Coca-Cola (sus embotelladoras) y hoy es a ellos a quienes tiene que meter en cintura. Prefiere el impacto que puede tener en un organismo como la Cofece. El sueldo es menor al que logró en el despacho al que entró como pasante.

En las investigaciones de los últimos años se han implementado medidas “remediales” para “sanar” al mercado y multas récord que no se habían visto en nuestro país. Sin embargo, falta mucho para que los mercados funcionen, pero es parte de las nuevas reglas del juego: más competencia para ser más competitivos.

Fue en el despacho donde aprendió una lección dura. Ante un cliente, que llegó para mostrar una serie de problemas que tenía, Carlos se enfocó casi exclusivamente en el primero que mencionó en aquella plática primera. Desarrolló un diagnóstico y medidas a tomar como parte del servicio que le debía a su cliente. Sin embargo, al mostrárselos se dio cuenta que el resto de asuntos que el cliente quería no se habían abordado a profundidad. Inmediatamente se había dado cuenta que le faltó escuchar. Hoy es una habilidad que forja conscientemente. Sabe que tiene que escuchar a sus empleados; tiene que saber qué es lo relevante para ellos y tomarlo en cuenta, más allá de su propia opinión.

Despejarse. Si tiene un hobby es la lectura. No solo lee sobre competencia económica, sino que prefiere, cuando se lo permite su trabajo, leer Aura de Carlos Fuentes, a Gabriel García Márquez o a Mario Vargas Llosa. En parte, para olvidarse por un momento del trabajo y despejar su mente.

Otra de las maneras para desconectarse es la bicicleta de montaña. Incluso intenta llevar a sus dos hijos pequeños, para inculcarles el salir al bosque y ejercitarse. Requiere ese espacio personal para llegar a la oficina los lunes muy temprano y ser el fiscal de hierro que quiere ser.

Es una nueva etapa en su vida profesional. Su sello ha sido ser productivo con pocos recursos, aunque sus resultados no son del todo públicos. Será difícil medir su efectividad, pero si vemos que los mercados funcionan, y los consumidores tienen los beneficios, quizá él estuvo detrás de que eso funcionara.

No es raro que se le acerquen y le agradezcan en un restaurante porque ya pueden vender una cerveza artesanal. Él estuvo detrás de aquel caso en el que las cervezas artesanales ganaron un espacio en los negocios donde solo vendían alguna de las marcas grandes en México.

Carlos, fuera de la oficina, prefiere unas fresas azucaradas que venden por la carretera de Toluca que un restaurante a los que llevaba a sus clientes del despacho. Y si se trata de regalar algo, suele dar libros, que más tarde encenderán alguna plática interesante.

Más casos. ¿Cómo es que Pemex puede contratar a un tercero para que se encargue de llevar el combustible a las gasolineras pero les exige que éstos solo contraten a personal del sindicato de Pemex? En este caso también estuvo involucrado Carlos.

También es cierto que la tendencia es transportar el combustible por oleoductos, así que éste ya no será un problema con tanta repercusión, pero no deja de ser importante.

Lo mismo sucede con los pollos. Hace un par de años productores de pollo, según la investigación de la Cofece, se pusieron de acuerdo para dar en un precio preestablecido el kilo de pierna de pollo. El expediente da razón del lugar y fecha donde expresamente los directivos de empresas, entre otras, se coordinaban. Que Pilgrim's Pride haya comprado a Tyson hace el panorama con menos competidores.

Pero estos apenas son algunos casos. El reto está en hacer que todos los mercados sean competitivos.

***

La posición de Carlos Mena es única. Se llega a ella para hacer la diferencia, pero el camino está lleno de obstáculos. A él también se le juzgará por la calidad de las investigaciones, pero él es solo un eslabón en la labor de hacer los mercados más competitivos.

Hay algo en común entre los periodistas y la autoridad investigadora. Ambas partes intentan dar a conocer lo que está velado para los demás. Carlos espera que cada quien haga lo suyo desde su trinchera.

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