Los sistemas de transporte en México llegan o están a punto de alcanzar niveles de saturación importante, lo que se puede convertir en cuellos de botella para las actividades productivas.

Carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos tienen problemas de capacidad para atender la demanda, reconoce el Programa Sectorial de Comunicaciones y Transportes 2013-2018 de la SCT.

Cita que de los 14 corredores troncales carreteros, existen 4 mil 350 kilómetros incompletos en altas especificaciones que impiden a vehículos circular a velocidades mayores a 90 km/h de forma continua con altos niuveles de seguridad.

Señala qué corredores o tramos de autopistas como la México-Querétaro, México-Puebla y México-Toluca-Atlacomulco “ya presentan saturación”.

A ello se suma la falta de libramientos en las zonas urbanas, lo que provoca que la velocidad promedio se reduzca a la mitad en esos tramos y, también a la baja inversión en las redes concesionadas para aumentar capacidad, especialmente en puentes.

Por otra parte, el transporte ferroviario de pasajeros no se ha desarrollado como un modo de transporte interurbano cotidiano a pesar del gran potencial para solucionar la saturación en la entrada y salida de las zonas metropolitanas.

La infraestructura portuaria cuenta con limitada capacidad para cubrir la demanda del comercio exterior actual.

Los puertos de Veracruz y Manzanillo están saturados en infraestructura y tecnología, dado que en los últimos 10 años el crecimiento promedio anual de contenedores ha sido 3.8% y 11.7% en esas terminales, respectivamente; además de 7.7% de vehículos en Veracruz y 18% de carga comercial y 35% de granel mineral en Guaymas.

En el sector aeroportuario, el principal HUB del país, el Aeropuertos Internacional de la Ciudad de México (AICM), se ha declarado saturado, pues en 2012 se observaron 52 ocasiones en las que las operaciones del AICM rebasaron su capacidad máxima de 61 operaciones por hora, con 74.

Esta situación implica una pérdida de competitividad frente a aeropuertos extranjeros y, en algunas ocasiones, riesgos de seguridad.

Parte del problema radica, según la dependencia, en que la inversión para el desarrollo de infraestructura en comunicaciones y transportes respecto al Producto Interno Bruto se ha visto reducida.

Es por ello que México no ha mejorado su competitividad en infraestructura en el contexto mundial, quedándose en el sitio 64 desde 2004 hasta 2013, del Índice de Competitividad de la infraestructura 2012-2013 del World Economic Forum. En el mismo índice, el país ocupa el lugar 51 en carreteras, 60 en ferrocarriles, 62 en puertos y 64 en aeropuertos de 148 países.

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