En 2010, un camión escolar pintado de azul salió a recorrer las calles de Austin, Texas con el objetivo de escuchar de primera mano cómo la gente estaba transformando sus vidas a través de la felicidad. Suena frívolo o banal, pero Jenn Lim, entonces manager de Tony Hsieh, CEO de la compañía de zapatos Zappos — reconocida por ser uno de los mejores lugares para trabajar según la revista Fortune— y el mismo Hsieh hallaron que la felicidad dentro de las oficinas es un modelo de negocio.

Es decir que, entre más felices sean las personas al interior de una organización, más ganancias habrá para esa empresa.

Entregando Felicidad, el libro en el que el CEO de Zappos explica las bases de la cultura organizacional basada en la felicidad y que se ha traducido a 20 idiomas y ha vendido 550 mil copias, fue precursor de un movimiento que se ha contagiado a través del mundo.

“Entregando Felicidad” hoy es una consultoría fundada por ella y por Hsieh que ha logrado influencia en 110 países en la que Jenn es en vez de CEO, CHO, Chief Happiness Officer (que podría traducirse como oficial en jefe de la felicidad) y la cual se encarga de inspirar pasión y propósito en el trabajo y en la vida en generar. Lo que hace un CHO, según Jenn, es lo mismo que un CEO pero a través de la felicidad como un modelo de negocio.

La felicidad no sólo es uno de los más placenteros sino uno de los que hacen ganar más dinero a las organizaciones, según demuestran varios estudios.

Los efectos de la felicidad en el trabajo traen 300% más innovación al interior de las empresas; 37% más en ventas, 31% más en productividad; 125% menos de personas sufriendo burnout, síndrome que fatiga a colaboradores e incluso les impide trabajar, y 66% menos ausentismo laboral, según fuentes recopiladas por la consultoría.

La idea de “Entregando Felicidad” parece sencilla y hace sentido al hablar de negocios: empleados felices= a clientes felices= a empresa exitosa.

En entrevista a propósito de su visita al INCMonterrey –uno de los eventos más grandes de emprendimiento organizado por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey–, Jenn Lim, cofundadora de este movimiento, asegura que construir una organización a través de este método se convierte en una ventaja competitiva que la hace exitosa a largo plazo.

“Si puedes aumentar la felicidad o el bienestar de tus empleados como individuos y como equipo se sienten más comprometidos con su trabajo; se sienten alineados con los valores y el propósito de la compañía y alinean los suyos a éstos. Eso en sí es más motivante, y en consecuencia, los vuelve más productivos al final, ya que hacen las cosas porque las quieren hacer, no porque las tienen que hacer”, explica.

Buscar la felicidad al interior de las organizaciones no es algo frívolo como puede sonar para algunos, es en realidad una estrategia de negocio.

En tres años desde que fue fundada por Lim y Tony Hsieh, “Entregando Felicidad” ya ha trabajado con empresas como Deloitte, Morgan Stanley, HP, Audi, Cisco, The Economist y Facebook, entre otras.

“Sugeriría considerarlo como algo que necesita ocurrir para innovar, para mantener a buenos empleados y para atraer a verdaderos buenos empleados. Supongo que hay que pensar en ello como una nueva forma en cuanto a lo que se requerirá para sostener tu empresa a más largo plazo”, afirma.

La manera en la que ellos lo hacen al interior de las empresas es ésta: primero, educan e inspiran con la historia de la felicidad como un modelo de negocio. Luego aplican una encuesta entre los empleados para medir los niveles entre los colaboradores.

Posteriormente se reúnen con los líderes para definir las metas, visión, valores y el propósito de la empresa, porque toda esta metodología se basa precisamente en que la organización, para lograr que todos sus empleados estén felices, tenga un propósito y unos valores a los que todos se alineen.

Este tipo de propósito va más allá de generar dinero y se refiere a la creación de una propuesta de valor para los clientes.

Por ejemplo, el propósito de “Entregando Felicidad” es crear más personas, compañías, comunidades y en consecuencia, un mundo más feliz. Esta felicidad dentro de las organizaciones se logra a través de la alineación de todos los empleados con los valores y esta razón de ser de la empresa.

Quizá haya quienes no crean en esta metodología, asegura Jenn, sin embargo, no es asunto de hacer cambiar a las personas de opinión, sino que en realidad se trata no de obligar a ser felices sino de mostrar la manera en la que se logra dentro de las organizaciones. Así lo ha logrado su staff, hoy desperdigado alrededor del mundo.

El proceso siempre será inacabado, porque la felicidad es “una travesía”. “Es casi como el champú: enjuaga, lava y repite. Es un ciclo cambiante siempre y dinámico”, asegura.

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