Scarlett Bárcenas se concentra en su trabajo. Presta poca atención a los transeúntes y vehículos que pasan a su alrededor, en la esquina de avenida Tecnológico y Balvanera. No deja de pintar un mural sobre uno de los muros del Instituto Tecnológico de Querétaro (ITQ), donde plasma el rol de la mujer en las ingenierías.
La joven estudiante de Bellas Artes en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) dice que realiza su mural gracias a que participó en una convocatoria, en la cual el ITQ —por su aniversario—, llamó a la intervención de sus muros externos.

El mural de Scarlett lleva un avance de poco más del 40%. La joven creadora dice que trabaja a gusto en el lugar, a pesar del movimiento y ruido a su alrededor. “Me pongo los audífonos, escucho música y me olvido de todo”, comenta.

Color y poder femenino en los muros del ITQ
Color y poder femenino en los muros del ITQ

Subida en una escalera donde coloca sus colores y brochas, la joven creadora parece olvidarse del movimiento alrededor, que no es poco. En la acera de enfrente el hospital del ISSSTE mantiene siempre movimiento. En la contraesquina del ITQ los negocios de comida siempre tienen afluencia.

Los peatones observan a Scarlett trabajar. Miran con curiosidad el mural, que junto con otras obras, decorarán el ITQ.

En febrero pasado el ITQ, como parte de las actividades por su LV aniversario, convocó al concurso “Pintando un muro. SumARTE a 55 años de historia”, del cual se enteró la joven artista y decidió participar, siendo aceptada.

Indica que desde niña quiso ser artista, aunque pasó por un momento en el cual dudó, pues le decían que vivir del arte era muy complicado. Lo que es verdad. Pese a ello, Scarlett decidió abrazar las artes, por amor, pasión y gusto por las mismas.

Unos engranes y el rostro de una mujer es el mural que trabaja la joven. Dice que no tiene título de su obra, que no ha pensado en eso. Lo primero es terminarlo en tiempo y forma.

Trabaja bajo el sol y temperaturas cercanas a los 30 grados centígrados. Sin embargo, parece hacerle bien la “digestión” al calor intenso que se deja sentir en la capital queretana. La pasión por lo que hace es mayor que las incomodidades que pueden sentirse por el calor.

Explica que para hacer el mural, algo que para los neófitos parece complicado de elaborar, tiene una técnica, pues antes de comenzar la intervención, traza una cuadrícula y se guía por sus bocetos, para luego trazar y aplicar el color de acuerdo a lo planeado.

Sostiene que si para cualquier persona es difícil hacer y vivir del arte, para las mujeres lo es mucho más. La mayoría de los trabajos los hacen hombres, y las creadoras deben  juntarse en colectivos o tener mucha suerte para poder participar en alguna intervención.

En su caso, dice que tuvo suerte. Cuando le notificaron que fue seleccionada comenzó el trabajo.

“Tuve fortuna por la intervención, pues es complicado que a las mujeres les den estas oportunidades. La mayoría de las veces son artistas hombres quienes se ven beneficiados. Las mujeres, a menos que participen en colectivas, no son tomadas en cuenta”, señala.

Eso no desanima a la joven creadora. Quiere destacar con su trabajo en el estado y por qué no, más allá. También confiesa que en este momento hace murales, pero que le llama más la atención la escultura.

Dice que el cuerpo humano real, con sus “imperfecciones” se le hace un buen tema de trabajo para esta rama de las artes plásticas y que espera poder llevarlo a cabo en el futuro.

En lo referente a la pintura, señala que hay varios espacios urbanos que podrían ser intervenidos con su trabajo o el de otros artistas, para darle mayor colorido a la ciudad y sus espacios, haciéndolos así más amigables con la sociedad.

Los espacios decorados con murales siempre son llamativos. Pese a estar inconcluso, el trabajo de Scarlett comienza a jalar la atención de los transeúntes. Un par de jóvenes y una mujer mayor disminuyen el paso frente a la obra de la joven.

Del otro lado del ITQ, en el muro de avenida Universidad, esquina Tecnológico, otros artistas plásticos intervienen esa parte de las instalaciones. Son una mujer y un hombre, quienes trabajan en su obra.

Scarlett señala que su trabajo trata de centrarse en la labor de la mujer en las ingenierías y la tecnología, ramas en las cuales aún la presencia de las mujeres es incipiente o que no se tienen identificadas con ellas.

La joven vuelve a su actividad. Dice que en menos de una semana debe  quedar listo el mural para lucir durante los siguientes meses. Toma sus pinceles y vuelve a la parte de la escalera donde trabaja. Sujeto en la pared con cinta adhesiva hay una hoja con la impresión de unos engranes. No son el modelo exacto de lo que hará, pero le sirven de guía.

Con el sol a plomo de las dos de la tarde, Scarlett continúa su trabajo. Unas gotas de pintura salpican su ropa. No las nota. Es parte de la labor artística de la joven universitaria que aspira a hacerse de un nombre en la escena de las artes plásticas queretanas.

Mientras eso pasa, Scarlett sigue pintando el muro de ITQ, con audífonos puestos, y ajena al trajín de la ciudad. Es una creadora trabajando.

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