San Cristóbal de las Casas .— Llegaron más de 300 personas al pequeño café Dada de San Cristóbal de las Casas, donde sólo caben 100 comensales y atienden sólo dos meseros.

Asistieron con la esperanza de escuchar al trío de jazz de John Mereski al piano, Todd Clouser en la guitarra y Billy Martin en las percusiones, en el marco del Festival Internacional de Cine de San Cristóbal de las Casas y experimentar el virtuosismo de estos tres tipos.

Los retardados, de tiempo no de neuronas, trataban de escucharlos desde la banqueta, en plena calle, mientras dentro del lugar, Mereski se metía en las teclas de un pequeño órgano y alcanzaba velocidades sónicas con los dedos, Martin jugaba con todo tipo de cosas, como unas llaves comunes, y Clouser jalaba las cuerdas como si fueran tripas de gato.

No había lugar para una persona más, ni un alfiler, los asistentes convivieron como en el Metro de la ciudad de México en la hora pico. Los invitados sólo abrían camino cuando pasaba el cartón de las cervezas, porque en este mundo siempre hay prioridades.

Fue un concierto improvisado, como lo es, en gran medida, el jazz y la epifanía musical que se hicieron presentes en “San-Cris”, ante los ojos de melómanos, poetas y locos porque la gracia de la música es para todos por igual.

Los músicos estadounidenses recorrieron los altos de Chiapas en busca de los sonidos milenarios de los indígenas y presentaron por primera vez al público sus conclusiones musicales, mismas que ya han plasmado en un cortometraje, dirigido por Clouser: Music is my mother language, que fue proyectado por primera vez, y entre portestas, en la Plaza de la Paz de San Cristóbal de las Casas.

Clouser y Martin pasaron por las localidades de Zinacantán, San Juan Chamula y San Cristóbal de las Casas y hablaron con todo tipo de músicos, indígenas en su mayoría.

“Somos músicos antes que cineastas y fans de música tradicional, de música electrónica, tuvimos la oportunidad de conocer culturas nuevas para mí, y llamé a Billy y lo invité a venir a Chiapas y hacer una investigación, ir a conocer músicos y preguntar el porqué hacen la música”, narró Clouser en entrevista.

Ambos músicos se asocian con Jim Stark, productor de varios proyectos de Jim Jarmush, el director y padre del cine estadounidense independiente, para hacer Music is my mother language.

“Para mí, la música de Chiapas es muy bella y hermosa, triste también, tiene esa tristeza de un blues, no importa qué instrumento utilices”, afirmó Martin.

Como a todo músico, a Clouser tampoco le gustan las etiquetas, ni jazzista, ni rockero, ni de nada. De la misma manera rechaza cualquier clasificación que tenga que ver con música tradicional mexicana. “Para nosotros la folk music la hace la gente para la gente”, aclaró Martin.

“La intención única es compartir lo que hemos aprendido y está pasando e intentar mostrar un poco la magia que existe aquí a más gente”, agregó Clouser.

Todd Clouser es originario de Minneapolis, Minnesota, es egresado del Berklee College Music y líder de la banda de jazz A Love Music. Ha organizado actividades para los músicos cardenche de Durango, al norte de México, a quienes se les otorgó el Premio Nacional de las Artes de México en 2008 y ha colaborado con los músicos de la comunidad Mixe de Oaxaca, a través de su proyecto Arts Day Out y Sescam, regalando instrumentos, organizando talleres y conciertos para beneficio de los músicos de las comunidades.

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