Una taza de café, pan y un delicioso omelette preparado por sus hijos, Marc de 10 años y Jaume de 11, es lo que recibe en la cama, al despertar, el chef Pau Verdura como sorpresa en el Día del Padre.

“Es muy divertido que te festejen, aunque yo prefiero que las celebraciones que son para mí pasen desapercibidas, a los niños les gusta sorprenderme y darme regalos”, asegura el cocinero, del restaurante Materia Prima.

Para él no tiene que ser un día específico para pasarla bien con sus hijos, ya que una de las actividades que les gusta compartir, precisamente, es guisar. Y es que desde muy pequeños los dejó entrar a la cocina para que aprendieran a manejar los cuchillos, a voltear hot cakes en el aire y a preparar desde omelettes, hasta pasta.

La importancia de cocinar

El chef catalán agrega que a sus hijos les ha enseñado algunas artes culinarias, porque uno come tres veces al día, si se puede, y aprender nunca está de más. Además, dice que ellos irán a la universidad, ya que a lo mejor quieren estudiar fuera de México y tendrán que procurarse de la comida, no podrán estar todo el día comiendo hamburguesas, así que no está de más que sepan.

“Además siempre es divertido que puedas compartir algo que a tu padre le apasiona, aunque a ti no tanto. Mi progenitor es un obsesivo de la historia del arte y todos los domingos nos llevaba a ver iglesias y monumentos. Es algo que no es mi fuerte, pero le agradezco toda la cultura que me dio. Para nosotros es lo mismo, yo creo que ellos pueden recordar muy bien la gastronomía de cada viaje que hemos hecho.

“Es muy padre cocinar con mi papá, además todo el mundo lo quiere porque les da de comer”, asegura Jaume, quien quiere ser cocinero y futbolista cuando sea grande. Por su parte, Marc dice que lo que más le gusta cocinar son los hot cakes que le enseñó a hacer su papá, “también sé hacer omelettes, pasta al pesto y espagueti a la bolognesa, con un poquito de ayuda”, explica.

Pero cocinar no es lo único que hacen juntos, Marc es muy futbolero y a Jauma le gustan las motos, por lo que la cantidad de actividades que pueden compartir es inmensa. Además, disfrutan ir al cine, “ya están más grandes y están empezando a ver películas que no son específicamente para niños, sino familiares", expresa el orgulloso Pau.

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