El sedentarismo y malos hábitos heredados de padres a hijos son los principales factores que han detonado la obesidad infantil en el estado; instituciones educativas contribuyen a una mala alimentación al ofrecer productos con pobre valor nutricional, opinó la nutrióloga Joana García Salvador.

La experta explicó que las nuevas generaciones practican menos deportes y que los juegos que implican movimiento han sido desplazados por el uso de la tecnología.

“Actualmente los niños salen poco a jugar, a correr; mientras que en la escuela se la pasan sentados la mayor parte de la jornada escolar, en casa dedican su tiempo libre a los video juegos y a las redes sociales, se tiene que aumentar la actividad física de niños ” dijo.

En su opinión, los malos hábitos alimenticios también se heredan de los padres, lo que contribuye a generar sobrepeso a corta edad.

La especialista aseguró que las medidas implementadas para retirar alimentos chatarra de las escuelas no dieron resultados positivos, debido a que fue poco el tiempo en que las instituciones educativas acataron las disposiciones; a la fecha, dijo, el sector escolar no ofrece alimentos suficientemente nutritivos para los estudiantes.

Esta situación se agrava con el ritmo de vida que actualmente llevan los padres, quienes, imposibilitados por compromisos laborales, ofrecen dinero a sus hijos para que consuman productos ofrecidos en tiendas escolares.

Para la nutrióloga, los menores requieren de una alimentación balanceada, tanto en escuelas como en los hogares y el consumo de frutas y verduras es imprescindible.

Además, recomendó a los padres de familia cambiar sus hábitos alimenticios, pues así transmitirán en el consumo de productos sanos.

La experta manifestó que los buenos hábitos alimenticios se van adquiriendo paulatinamente, por ello la importancia de que los padres generen este cambio para transmitirlos a sus hijos y comenzar con actividades físicas de bajo impacto.

“Los hábitos alimenticios y la actividad física son asuntos que van en cadena, paulatinamente se deben cambiar y entender que no modificarlos perjudica a los hijos porque ellos aprenden de los padres” finalizó la nutrióloga.

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