Cuando nos damos la oportunidad de salir de los estrictamente urbano y si de abejas hablamos, el dejar de verlas solamente como un insecto que se acerca con osado interés a cualquier cosa dulce que tengamos a la mano y su zumbido nos altera pensando en que viene tan solo con el propósito de molestar, la verdad es que podemos ver en ellas un verdadero ejemplo de esfuerzo conjunto y trabajo cotidiano.

Entre las múltiples actividades diarias de las abejas, este asunto de polinizar es una cosa seria y más aún en la primavera, cuando las flores buscan atraer a los insectos en el afán de esparcir su open buscando fertilizar otras y continuar con la maravillosa tarea de preservar la especie.

Esta imagen, nos muestra la importancia que significa el trabajo individual en beneficio de una comunidad y la enorme responsabilidad de hacer lo que nos corresponde para que podamos preservar nuestra ciudad, una flor que celebrará este año su vigésimo aniversario como patrimonio cultural de la humanidad.

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