“Un doctor me dijo que yo no debería de ver con mi ojo derecho, y sin embargo ves”, recuerda Rosa Carmen Santos Hernández, quien se dio cuenta a los 16 años que padecía glaucoma, “el ladrón silencioso de la visión”, aunque eso no ha sido obstáculo para su desarrollo profesional y personal.

Una buena actitud ante la vida y la confianza en la ciencia, son su fortaleza.

En tanto, Jazbet Ledezma Gil, presidenta del Colegio Mexicano de Glaucoma, señala que de la mayoría de las personas con esta enfermedad, en el país, 50% no sabe que lo padece, pues no se suele acudir al oftalmólogo.

Rosa Carmen muestra sus últimos estudios. Por la emergencia sanitaria la consulta anual se tuvo que posponer.

Recuerda que cuando comenzó con los síntomas del glaucoma se confundió con un malestar nervioso, pues acababa de fallecer su abuela. “Sentía como que se me nublaba el ojo, como basura, pero se me quitaba, era momentáneo, como cuando uno hace ejercicio. No caía en buenas manos médicas, les comenté a dos médicos familiares, en aquel entonces, lo que veía que en los focos transparentes y en los faros de los coches veía como halos de colores, como arcoiris.

“Me llevaron con médicos y me decían que a lo mejor era de nervios, pero de repente se me quedó en el ojo derecho esa nube y no se aclaró, ya se quedó así”, narra.

Luego, fue al oftalmólogo, quien se comunicó con un colega que era el presidente de la Asociación de Glaucoma en México. Le dieron medicamentos y le tomaron la presión ocular, que era muy alta, por lo que procedieron a operarla de urgencia, porque si no perdería la vista del ojo derecho. Ahí fue cuando recibió el diagnóstico de que padecía glaucoma, que es el aumento de la presión en el interior del ojo.

La cirugía consiste en hacer un orificio en el ojo para que el humor acuoso corra, que se llama trabeculectomía, a la cual se ha sometido dos ocasiones. La segunda fue una década después. En 2011, como ya no podían hacerle otra operación le colocaron una válvula de Ahmed.

Rosa Carmen cuenta que va a consulta una o dos veces al año, en el Hospital 20 de Noviembre, del ISSSTE, aunque por la emergencia sanitaria tiene casi año y medio que no va, pues no se han reanudado las consultas, por ser Hospital Covid.

“En mi caso voy asimilando [vivir con glaucoma] porque mi carácter así es. De momento uno se siente mal… me ayuda mi carácter. Sí, sé que en cualquier momento puedo perder la vista del ojo derecho. Pido mucho a Dios que me permita tener la vista hasta que lo requiera, hasta que pueda ver a mi hija y que ya no me necesite tanto. Hasta ahora así ha sido”, dice.

En tanto, Ledezma Gil precisa que el Colegio Mexicano del Glaucoma está tratando de hacer, año con año, una campaña permanente para que los pacientes estén conscientes de esta enfermedad, que sepan que existe, que tienen que acudir a revisiones, porque detectando un glaucoma inicial se puede controlar y se puede evitar que los pacientes pierdan la vista.

Indica que la diabetes e hipertensión son factores de riesgo para padecer glaucoma y se sabe que la herencia también juega un papel importante para padecerlo. Tener un familiar en línea directa que haya padecido glaucoma, padecimientos como diabetes, hipertensión, o migraña; tener ascendencia asiática, hispana o africana, son las que más se asocian.

Asimismo, antecedentes de un trauma ocular o el uso de medicamentos antinflamatorios esteroideos en gotas, por tiempos prolongados, puede provocar el glaucoma.

“El glaucoma no va a dar molestias oculares específicas y la única manera de detectarlo es a través de una revisión oftalmológica completa. Si no la hacemos, no nos vamos a dar cuenta que la padecemos y vamos a estar perdiendo la visión poco a poco. No duele, no da ningún síntoma. Le dicen ‘el ladrón silencioso de la visión’”, subraya.

La doctora Ledezma Gil precisa que en México no hay una estadística exacta de cuántas personas sufren glaucoma, pero se estima que en todo el mundo hay 80 millones de personas con la enfermedad.

Agrega que en el último año, por la emergencia sanitaria, se ha tenido el problema de la cancelación de consultas, en una parte por el miedo, por quedarse en casa. “Un paciente con daño avanzado por glaucoma tiene que acudir cada cuatro meses a una revisión y se perdieron algunas citas y en algunos pacientes la enfermedad sí progresó. Empezamos a hacer consultas a través de telemedicina, pero por desgracia no todos los pacientes tienen acceso a estas revisiones”, precisa.

Explica que los tratamientos pueden ser desde gotas, hasta cirugías láser, así como colocación de dispositivos (implantes) que ayudan a controlar la presión intraocular.

“La recomendación es que se acuda a una revisión oftalmológica una vez al año, sobre todo los mayores de 40 años es muy importante que sean revisados por un experto”, dice.

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