Camila y Josué estudian sexto grado en una escuela primaria de Querétaro. Para ella, ser niña significa felicidad, mientras que para él representa diversión, aunque también se dan cuenta de los problemas que existen a su alrededor, como la inseguridad y los problemas económicos que viven sus padres, quienes tienen que trabajar muchas horas.

Visten el uniforme de su escuela. Suéter rojo, falda o pantalón azul marino, blusa o camisa blanca. Los dos chicos están por entrar a la pubertad, pero mientras  llega, en 2023 siguen disfrutando de su niñez, con la mirada inocente y curiosa, con expresiones y preocupaciones reales, que son en parte las de las infancias de la segunda década del siglo XXI.

Camila explica que ella es feliz haciendo lo que más le gusta que es la natación, disciplina que practica de lunes a sábado.

Dice con orgullo que ya ha participado en varias competencias y ya  ganó algunas medallas. Su próxima contienda será en Puebla. Sobre la forma en la que combina escuela y natación, indica que para ella es fácil.

“Nunca se me ha complicado. En la mañana voy a la escuela, hago mi tarea, y de cinco a siete voy a natación. No es nada difícil, la verdad. Sólo llego a cenar y me duermo”, subraya.

Sus padres, señala, están muy contentos con lo que ha ganado, y que mientras la natación, disciplina que practica desde los cuatro años de edad, la divierta y sea feliz está bien.

Josué, a su vez, precisa que el futbol es su deporte favorito, que practica en el equipo Inter de Querétaro. Tiene entrenamiento tres días a la semana, aunque en su casa también entrena. Asevera que juega de delantero y extremo, aunque prefiere jugar en la lateral.

“En las escuela estoy de ocho a 12, llego a mi casa a hacer la tarea a una, termino a las dos, más o menos, y el entrenamiento de futbol es de cuatro a seis y media, y regreso a mi casa”, narra. Ambos dicen que llevan buenas calificaciones.

Las preocupaciones de niñas y niños en Querétaro 

Sobre las preocupaciones de la infancia en estos tiempos, Camila indica que, platicando con algunos de sus compañeros y amigos, no poder salir a las calles por la inseguridad es algo que les inquieta.

Precisa que enterarse a través de los noticieros de niños que desaparecen, o que son asesinados, así como las noticias sobre la violencia en diferentes estados del país, les causa angustia.

Josué, a su vez, apunta que a él le preocupan los desastres naturales,  la corrupción en México, además del futuro de otros niños que viven en condiciones menos favorables y que ven en riesgo su educación, al no tener acceso a las mejores condiciones que les permitan  prepararse para el futuro.

“Siento que los niños de bajos recursos no podrían avanzar, porque México no invierte en la educación. Eso me preocupa, la educación en el país”, asegura.

Al igual que esas preocupaciones, el bullying es otro fenómeno con el cual deben de lidiar, dice Camila. “Es un tema muy delicado, a mi no me gusta, porque ya lo sufrí y no me gustaría desearselo a otras personas”, destaca.

Acota que las agresiones que sufrió, hace tres años, eran a manos de una compañera que atacaba también a otros niños, pero que logró superarlo con ayuda de sus padres.

El bullying, agrega Josué, es un tema delicado que se debe de tratar con seriedad, pues hay niños que se han suicidado a causa de burlas y los maltratos físicos y sicológicos.

Camila y Josué también recuerdan los años de emergencia sanitaria por el virus SARS CoV-2. Ella comenta que llegó a sufrir ansiedad por no poder salir y ver a otras personas. Además, como deportista, no podía seguir practicando su disciplina.

Mientras que a Josué la pandemia, sostiene, no le preocupaba tanto, porque tiene buen sistema inmunológico y nunca temió al contagio.

Sobre el futuro del país y del estado, Josué precisa que le gustaría que el gobierno invirtiera educación para los menores y que disminuyera el consumismo en la sociedad, pues eso acaba con los recursos naturales y, a su vez,  aumenta la contaminación en el planeta.

Sobre qué consejo darían a ellos mismos de adultos, Camila asevera que se diría que siga siendo niño, “no porque ya seas adulto significa que ya no tienes que divertirte, y no hay que saturarte tanto de trabajo, tienes que salir y divertirte”.

Por su parte, Josué le dice a él mismo de adulto que cumpla sus sueños y que no deje de luchar por él, sin importar lo que otros le digan.

Camila asegura que de grande le gustaría ser clavadista profesional: por otro lado,  Josué aspira a ser ingeniero en sistemas computacionales y futbolista.

Ambos mandan un mensaje a los adultos. Ella, exige más atención, pues actualmente los padres trabajan tanto que sólo ven a sus hijos en la noche, haciendo que los niños se sientan aislados y  requieren más atención, dice.

Josué, en tanto, les pide a los adultos que disminuyan  la sobreexplotación de los recursos naturales, que disminuyan la producción de mercancías, además que revisen de manera constante los teléfonos celulares de sus hijos, pues pueden tener contenidos negativos para su edad.

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