La lucha libre va más allá de un deporte, es cultura popular e influye en otras ramas artísticas, “es un deporte y un espectáculo, es un conjunto de aspectos los que conlleva la lucha libre”, afirma Verdugo Blanco, luchador profesional con 24 años de carrera.

La exposición Homenaje a mis leyendas, que estuvo abierta al público en el Centro Cultural Manuel Gómez Morín, fue organizada por luchadores y promotores de la lucha libre queretana, como es el caso de Verdugo Blanco y Francisco Suárez, anunciador y “todólogo”, como se define.

En la exposición se pudieron observar diferentes expresiones artísticas relacionadas con el arte del pancracio, desde carteles de las míticas películas de luchadores, protagonizadas por enmascarados como El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras, entre otros, hasta caricaturas de casi todos los luchadores que forman la escena de este deporte a nivel nacional y local.

A los paseantes llamó la atención la proyección de luchas en una pantalla que se coloca en uno de los muros del salón del Gómez Morín, donde se ven algunas de las funciones más legendarias de la empresa AAA, promotora de lucha libre a nivel nacional.

Verdugo Blanco explica, mientras observa algunas de las indumentarias de las luchadores que donaron parte de sus trajes, como Lady Apache, que para montar la exposición fueron años de idear, pensar, planear y recolectar atuendos de luchadoras y luchadores.

“Hay atuendos de Rosy Moreno, de Miss Janet, Lady Warrior, Linda Star. Por ahí hay algunos de Faby Apache, y varios más que están por ahí que tienen máscaras, equipos, botas y demás cosas que se estuvieron juntando y hasta este mes que se pudo concretar en el Gómez Morín”, abunda.

Francisco Suárez indica que para la inauguración de la exposición estuvieron presentes luchadores de la escena local, como El Caporal, Doctor Dracman, Blue Danger, Verdugo Blanco, así como Linda Star.

Luchadores, símbolos del bien y del mal

Héroes y villanos, como decía Pedro Mago Septien, en la lucha libre hay deporte, circo, arte, cultura popular, donde el misterio de una identidad, la idealización de los personajes que en un cuadrilátero se juegan la vida, son símbolo del bien y del mal. Los rudos siempre odiados, pero al mismo tiempo queridos por buena parte de la afición.

Los trajes de las luchadoras y luchadores se colocan alrededor de la sala de exposición. Junto a los atuendos donados se da una explicación y biografía de las mismas. Las legendarias máscaras ocupan un lugar especial, son objetos de culto para los aficionados a este deporte que trasciende las arenas y llega a otras expresiones.

Verdugo Blanco apunta que para que una función llame la atención y sea exitosa depende mucho del lugar, pues si bien la Arena Querétaro ha sido tradicional, hay otros sitios donde se puede ver este deporte.

Hay otros foros donde se han hecho funciones de lucha libre, como el auditorio Arteaga, el Gómez Morín, la Unidad Deportiva El Tintero, y siempre hay afición para las mismas.

“Antes, los papás llevaban a sus niños, ahora los niños llevan a los papás a disfrutar la lucha libre. Ha vuelto a ser familiar este deporte espectáculo”, comparte.

El luchador Verdugo Blanco, quien fue campeón estatal de peso completo, comenta que en días pasados les hicieron un homenaje a tres luchadores queretanos, “inmerecido”, dice en su caso, pues asegura que no tiene la trayectoria de Blue Danger y Doctor Dracman, pero lo tomaron en cuenta. Agrega que Querétaro ha sido semillero de grandes luchadores como Pantera, Espíritu Negro, Castigador, Vengador, Gremlín, luchadores que han sobresalido a nivel nacional.

“Sí, es un deporte y espectáculo, pero si no sabes hacer bien las evoluciones te llegas a lastimar. Hasta al más gallo se le va el cacareo. Siempre lo hemos dicho, es un conjunto de cosas que conllevan la lucha libre”, subraya Verdugo Blanco.

Añade que incluso es tan grande la influencia de la lucha libre que algunas canciones ya se asociaron en automático por los aficionados con ciertos luchadores, haciendo un referente para los deportistas y seguidores del pancracio.

Un vistazo al pasado

En la exposición esta influencia quedó demostrada, pues además de la música, no podían faltar los carteles de las películas clásicas de luchadores, como Santo vs las mujeres vampiro, Santo vs las momias de Guanajuato, en donde actuaron también Blue Demon y Mil Máscaras, quienes junto con el Enmascarado de Plata evitaron la invasión de las momias al resto del país y del mundo, convirtiéndose en súper héroes de carne y hueso, reales.

“Hace muchos años los luchadores crecimos viendo películas de El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras. Ese cine fue un parteaguas en el séptimo arte mexicano, traspasó fronteras a raíz de una película prohibida (Santo vs las mujeres vampiro). Escuche que en España son muy vistosas, que todavía paga la gente por ver estas películas”, asevera.

Francisco añade que hacer una máscara también es todo un arte, y se proyecta a otros deportes como el futbol, donde los aficionados acuden a los partidos con sus máscaras de El Santo, Mil Máscaras, o los mismos jugadores, como Yahir Pereira, quien anotaba y se ponía una máscara del luchador El Místico, posteriormente se conocieron.

En un muro se pueden disfrutar los carteles que anunciaban las películas, muchos en blanco y negro, anunciando las aventuras de los luchadores que luego de pelear en la arena tenían que buscar a villanos que querían terminar con el mundo, casi siempre acompañados de hermosas mujeres.

Un muro está dedicado a las caricaturas de los luchadores, donde cientos de estos gladiadores fueron inmortalizados en un dibujo y unos trazos.

Ya forman parte de la cultura popular mexicana, son reconocidos a nivel mundial y su influencia ha llegado a otras expresiones artísticas, y aunque muchos detractores señalan que no es más que una farsa, para miles de aficionados es un deporte que requiere de todo el respeto y seriedad, pues nunca se sabe cuándo un luchador pueda salvar al mundo de la próxima invasión de muertos vivientes.

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