Morena invertirá parte del financiamiento público que ha recibido en lo que va del año para adquirir un inmueble para su nueva sede nacional. “Queremos comprar algo que no haya que remodelar, esté terminado, sea céntrico, adecuado al tamaño de partido que es Morena, que no nos cueste muy caro, pero que sea una inversión a futuro”, dijo su presidenta Yeidckol Polevnsky.

La búsqueda de un edificio ya comenzó en colonias céntricas de la Ciudad de México, pero aún no se ha decidido el monto total que se destinará a la inversión ni su ubicación, detalló.

Como documentó EL UNIVERSAL el pasado 28 de julio, Morena no cumplió con la devolución de 50% de su financiamiento público de 2019 —como lo ordenó el congreso nacional de ese partido, realizado en noviembre pasado—, pues al no solicitar al Instituto Nacional Electoral (INE) la retención correspondiente, ha recibido puntual sus ministraciones mensuales.

Esa devolución a la Tesorería de la Federación (Tesofe) hubiera implicado para 2019 la renuncia a 797.5 millones de pesos, pues en total le corresponden a Morena este año mil 567.6 millones de pesos. En cambio, de éstos ha recibido hasta agosto mil 45 millones de pesos; es decir, 66.6% del total para este año.

Polevnsky insistió en que ya dialogó con el presidente del INE, Lorenzo Córdova, para ver si aún se procede a la devolución de una parte de las ministraciones de los meses que restan al año, pero por ahora, dado que ingresaron a las cuentas bancarias de Morena mil 45 millones de pesos, ese recurso no puede devolverse a la Tesofe.

Así, informó que se procederá a invertir los recursos, de ahí que la búsqueda de la nueva sede para Morena ya está en curso y se espera hacer pronto la compra y mudarse antes de que concluya el año. Esto porque, recordó, si no se ejerce ese financiamiento ya ingresado en las cuentas del partido, éste tendría que ser devuelto a la Tesofe apenas empiece 2020. De acuerdo con la tesis de jurisprudencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), los recursos que los partidos no ejercen por concepto de gasto de campaña o gasto ordinario no podrán, como ocurría en el pasado, registrarlos como “ahorros”. Por tanto, de no erogarse en el ejercicio fiscal del año en que fueron recibidos deberán ser devueltos a la Tesofe.

Polevnsky indicó que de lo que ha recibido el partido hasta ahora, una parte se ha ejercido y otra se tiene que ejercer, porque “ya que te entregan el dinero no se puede mandar de regreso ni se puede dar un destino distinto” y está etiquetado para uso partidista. Así, dado que “si no se gasta lo tenemos que devolver, preferimos tener un inmueble”.

Cuestionada sobre las opciones de inmuebles que ya han valorado, la dirigente expuso que “hay muchísimas”, pero está en análisis la mejor opción.

Esto porque “encuentras un edificio, pero hay que meterle remodelación y nosotros no queremos estar en gastos de remodelación ni nada por el estilo. Queremos comprar algo que ya esté terminado, queremos comprar algo que esté céntrico”.

Incluso expuso que las dirigencias de Morena en las entidades también adquirirán propiedades para tener sedes propias y no pagar rentas.

“Ya hay estados que han comprado sus inmuebles y están en camino de comprarse sus edificios otros que faltan. Morena tiene que tener un inmueble adecuado para el tamaño del partido que es Morena”.

Lo que se busca, insistió, es “que no nos cueste muy caro, pero nosotros creemos que va a ser una inversión a futuro, porque si compramos nos vamos a horrar el resto de las rentas”.

Además, se pretende que la nueva sede cuente con espacio para reuniones y aulas en las que pueda funcionar el Instituto Nacional de Formación Política (INFP), ordenado por el Congreso Nacional de Morena como la instancia que, además de contar con la mitad del financiamiento partidista anual, deberá brindar capacitación a cientos de militantes en el país, que serán los funcionarios o legisladores del futuro.

Desdeñan edificio viejo

Mientras, desde hace varias semanas, Polevnsky despacha en la casona ubicada en la calle de Chihuahua 216, en la colonia Roma, misma que sirvió para el gobierno de transición del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por ese inmueble de 450 metros cuadrados el entonces gobierno de transición pagó 130 mil pesos mensuales, más IVA, precio preferencial, pues se pagó un año por adelantado a la arrendataria Top Real Estate Company SA de CV.

Ahí despacha la líder de Morena, recibe dirigentes estatales y realiza reuniones pequeñas y privadas, pues tampoco se trata de un inmueble con auditorio o salones, como los que, se pretende, podría necesitar ahora por la dimensión de partido en el gobierno.

Otro tipo de encuentros los realiza Morena en el Hotel Four Points de la Colonia Roma, a unas calles, además de que en estos meses ha ocupado cafeterías cercanas, pues la actual sede resulta poco práctica.

Hoy, la que es oficialmente la sede nacional de Morena es un inmueble de tres pisos (más un cobertizo improvisado), ubicado en la calle Santa Anita número 50, en la colonia Viaducto Piedad, Iztacalco, por el que se paga poco más de 40 mil pesos de renta mensual; es decir, 520 mil pesos al año.

Se trata de un inmueble ubicado en una calle que tuvo impactos en el sismo de 1985, y en el pasado fue adecuado como un pequeño centro escolar. Fue el exdirigente nacional Martí Batres quien comenzó a despachar ahí junto con el primer Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena.

El inmueble mencionado es un laberinto de aulas semidesocupadas, con escaso mobiliario y sólo despachan ahí algunos dirigentes. Su uso prácticamente es como domicilio fiscal, para que estén a la vista los estrados y como domicilio para oír y recibir notificaciones.

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