Dalila Rubicela Cruz Fabián creó papel hecho con escamas de pescado. Es 100% biodegradable, y busca reemplazar las sustancias plásticas.

Actualmente, la estudiante de la maestría en Diseño e Innovación, de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) realiza pruebas de laboratorio para comprobar que su producto no sea tóxico, después de eso se debe concretar la patente y, finalmente, la comercialización del producto.

“Mi proyecto es el desarrollo de un producto elaborado a base de escamas como alternativa al uso de materiales plásticos, tiene como finalidad concientizar para utilizar materiales que sean amigables con el medio ambiente. Hay varias investigaciones sobre el tema, pero generalmente no se aplican. Propongo transformar y aplicar las escamas de pescado para que las personas las puedan utilizar”.

Convencer a investigadores.

El proyecto de innovación comenzó hace dos años, cuando Dalila se mudó de Oaxaca a Querétaro para ingresar a la Facultad de Ingeniería. La estudiante de maestría conocía investigaciones sobre cómo realizar pegamento con escamas, sin embargo, esos trabajos nunca se comprobaron, además sus usos tenían fines artísticos. Dalila decidió darle mejores bases a su investigación y detallar medidas y extensiones necesarias para la fabricación de papel.

El primer obstáculo, además de recabar los pocos antecedentes sobre el tema, fue superar la incredulidad de algunos investigadores, que en un primer momento desestimaron su proyecto.

Le dijeron que no había suficiente materia prima en Querétaro, que no era viable ni remunerable, pero Dalila no se dio por vencida, ella misma realizó las pruebas necesarias en los laboratorios de química, y una vez que fabricó los primeros centímetros de papel hecho con escamas de pescado, consiguió apoyo de la universidad.

“Lo más difícil fue que aceptaran el proyecto, decían que no había suficiente materia prima en Querétaro, después que no era posible, o que el proyecto no era viable o rentable, pero cuando pude obtener las muestras fue que empezó el apoyo, yo hice las pruebas preliminares, y después de eso tuve todo el apoyo, incluso rectoría me ayudó con un fondo de proyectos.

“Cada año, la universidad destina cierta cantidad de recursos para apoyar proyectos universitarios y seleccionaron el mío.

“El desarrollo de materiales está muy poco explorado [en México], casi siempre se queda en investigación. En el mercado hay materiales hechos con cáscara de plátano o de piña, sin embargo, no hay apoyo para este tipo de materiales porque al principio son muy caros de producir, pero si se procesan grandes cantidades se vuelve más barata la producción”.

Una vez que Dalila Rubicela consiguió un equipo de asesores, continuó con la pruebas.

Actualmente, ha alcanzado texturas similares a las del plástico, pero la más elaborada es la que se parece al papel llamado “batería”.

Estudios químicos pendientes.

Los estudios continúan en los laboratorios, sus resultados determinarán si el papel elaborado es tóxico, si tiene plomo o mercurio. Dependiendo de eso se definirá si se puede usar para empaque y embalaje o para envolver alimentos. Los estudios también dirán cuánto tiempo tardará en degradarse.

Las escamas para realizar las primeras pruebas se consiguieron en mercados locales y también las trajeron desde un rancho de tilapia en San Juan del Río, lugar que tiene convenio con la UAQ Campus Amazcala.

Dalila y su equipo de investigadores ahora tratan de conseguir el equipamiento necesario para extraer escamas sin vísceras, ni sangre, pues ambos elementos son los que ocasionan el mal olor.

El proyecto en general lleva 90% de avance; una vez que se tengan los resultados de laboratorio los investigadores y Dalila deberán concretar el proceso de patente, uno de los últimos y más fundamentales pasos, pues será el que concentre en detalle cada proceso y resultado del proyecto.

Dalila dice orgullosa que la patente no es para proteger el proyecto o evitar que alguien más lo reproduzca, por el contrario, el objetivo principal de la investigación es que cada comunidad pesquera pueda fabricar su propio papel, señala.

“La petente es importante porque es como un reporte oficial y con base en eso se puede seguir perfeccionando el material. Ya hay pintores que quieren experimentar sobre este material.

“La idea es que este proyecto se lleve, por ejemplo, a comunidades pesqueras que son las que más desechan escamas y que ahí mismo puedan elaborar sus productos.

Lo importante es aprovechar este desecho que sólo se tira en los mares, y que ahora no tiene ninguna utilidad.

“Es parecido al papel ‘batería’, los invito a que conozcan este tipo de materiales y que no se queden con los convencionales que son plástico, madera, etcétera.

“A los consumidores les recomiendo tomar consciencia: entre más plásticos utilicemos, contaminaremos más los mares. Los propios peces absorben plomo y mercurio y todo eso vuelve a nosotros”.

La tesis de Dalila Rubicela Cruz Fabián será presentada a finales de este año en la Universidad Autónoma de Querétaro.

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