Hace poco más de un año, cuatro alumnos de la maestría en Diseño e Innovación, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), decidieron sacar al mercado sus proyectos de tesis de maestría para satisfacer una necesidad que detectaron en el sector Salud.

David Enríquez López, Irving Miranda, Francisco Pineda y Oscar Miranda empezaron a trabajar en el diseño de un sistema para medir el daño auditivo en neonatos, dando paso al diseño de una cabina y audiómetro que permite detectar sordera en bebés.

Los estudiantes descubrieron que a nivel estatal muy pocos lugares cuentan con el equipo necesario para realizar pruebas de audiometría, pese a que la Ley General de Salud establece que todos los nacidos en territorio mexicano deben tener una prueba de este tipo.

Es así que a partir de dos trabajos de tesis David, Irving, Francisco y Oscar decidieron formar una pequeña empresa para generar un prototipo de cabina y audiómetro que buscan sacar al mercado y comercializar en los ámbitos público y privado.

Oscar Miranda, socio del proyecto, explicó que por lo general este tipo de equipos tiene un valor comercial de aproximadamente 500 mil pesos en el mercado, no obstante que su prototipo se podría colocar en hasta 100 mil, considerando el pago de impuestos. Actualmente el grupo busca obtener financiamiento que le permita sacar una primera línea de producción en el trascurso del año entrante.

Necesidad del mercado

En entrevista con EL UNIVERSAL Querétaro, Oscar explicó que el desarrollo del audiómetro partió de una técnica basada en neuroanálisis. Expone que para detectar sordera en adultos existen pruebas en las cuales las personas se someten a sonidos enfocados a un oído y otro.

“Estas pruebas para adultos son conductuales. Tú estás respondiéndole al médico lo que escuchas, a qué frecuencias y a ciertos decibeles, pero un bebé no lo puede hacer porque no tiene forma de comunicarte que no está escuchando”, expone.

Detalla que la técnica consiste en enviar sonidos y frecuencias a los oídos del bebé que se está estudiando y lo que hace el equipo desarrollado por el grupo es captar señales bioeléctricas del cráneo del bebé, con terminales que después indican, a través de frecuencias, si el bebé está escuchando o no.

“Las tesis nacen de una necesidad de mercado que se detectó. Se parte de un estudio en el que se identifican necesidades de pacientes y de posibles pacientes en distintos centros de salud de aquí de Querétaro, como el Hospital del Niño y la Mujer, el Centro de Rehabilitación Integral de Querétaro y las clínicas de neurodesarrollo de la UNAM.

“Se encuentra que a pesar de que estos pocos lugares tienen equipo para hacer audiometrías con la técnica de neuroanálisis, los equipos no funcionan porque no están diseñados para ser usados en bebés. Las pruebas se hacen en una cabina muy grande en donde tiene que entrar la mamá y también la enfermera porque no hay forma de usar el audiómetro por fuera”.

Oscar indica que estos factores afectan la prueba y ocasionan que sea muy difícil obtener resultados precisos. Otra problemática que se identificó es que por día en estos lugares se pueden únicamente dos o tres pruebas de audiometría, lo que presenta un rezago de suma relevancia, si se toma en cuenta que la Ley General de Salud establece que todos los nacidos en territorio mexicano deben tener una prueba de este tipo, lo cual no se está cumpliendo.

Como parte de las investigaciones se encontró que en México cada año nacen 1.6 millones de niños, de los cuales sólo la mitad son censados para una prueba básica. “800 mil se quedan sin prueba, y de esos 800 mil niños, 60 mil van a nacer sin poder escuchar y no se van a dar cuenta hasta los 4 años de edad”.

El grupo advirtió que se trata de un problema de suma relevancia que después atañe a las familias de los bebés y en general a la sociedad, esto al advertir que el niño pierde una etapa de desarrollo cognitivo que es primordial para su vida y para su desarrollo general. “Esta etapa ya no se puede volver a recuperar. Es una época en la que de los 0 a los 6 meses es una edad crítica, en la que se debería de detectar si el bebé tiene alguna falla en sus oídos para poder hacer alguna aplicación o terapia para que puedan escuchar y no se pierda el desarrollo de esos años”.

Los prototipos

El prototipo de audiómetro fue desarrollado por Francisco Pineda, ingeniero en Automatización por la Universidad Autónoma de Chiapas. En tanto, el diseño estuvo a cargo de uno de los diseñadores industriales. Otro de los diseñadores se encargó de diseñar una cabina que diera la posibilidad de aislar solamente al bebé, esto con el fin de generar condiciones precisas para obtener resultados más exactos. “Estamos en posibilidades de decir que cada uno de nuestros equipos en vez de tres pruebas al día podría hacer hasta 10 pruebas, una por hora”, dice Oscar.

Con un equipo más barato y ligero, Oscar y compañía buscan llegar a zonas en donde no se cuenta con estas herramientas, pensando sobre todo en regiones que están alejadas de la ciudad y donde es más recurrente el daño auditivo. En este sentido, Oscar expone que se ha encontrado que el daño en bebés que nacen sordos está ligado a condiciones de desnutrición de la mamá.

Hay dos posibles compradores que podrían adquirir los prototipos y ya se han tenido los primeros acercamientos. Por un lado se han detectado hospitales privados y asociaciones civiles que buscan mejorar las condiciones en procesos de audiometría en México. La otra línea de venta va en relación con el Sistema Nacional de Salud, a través de su área de proveeduría.

“Nuestra tirada es avanzar de este nivel de prototipo que tenemos hasta llegar a un prototipo final y a una línea de producción. Para el próximo año esperamos estar vendiendo los primeros 100 equipos”, indica Oscar.

Revolución social

Con su proyecto en vías de desarrollo, Oscar refiere que hasta ahora el principal reto para el equipo ha sido el tiempo, pues los integrantes deben dividirse entre su familia, las entregas en la maestría y el desarrollo de aplicaciones. “Le tienes que robar un poco de tiempo a la familia, un poco de tiempo a la tesis, un poco de tiempo al sueño. Siempre va a haber limitante económica, pero en eso nos ha ayudado la universidad. El hecho de que estemos becados nos da la posibilidad de seguir estudiando y de meterle al proyecto”, sostiene.

Oscar sostiene que se debe impulsar en mayor medida el tema del emprendedurismo en el sector académico, pues considera que hacen falta más personas decididas a llevar a la práctica proyectos que revolucionen el mundo. “Los recursos siempre van a ser limitados y nunca vas a tener todas las condiciones que requieres para lanzar determinado proyecto, pero el chiste es hacerlo. Ese es el chip que trae la economía estadounidense. Mucha gente no se da cuenta pero esa es la clave de su éxito, su sistema de emprendedurismo, y cómo han logrado captar esas ideas que pueden revolucionar el mundo e impulsaras hasta que se dan”, afirma.

Agrega que “hay muchos más elementos y mecánicas en Estados Unidos que aquí, pero el origen y la chispa la va a tener la persona que se decida a hacerlo”.

Actualmente el proyecto de David, Irving, Francisco y Oscar concursa en un programa de History Channel denominado “Una idea para cambiar la historia”. El equipo busca aplicar a la mayor cantidad de concursos para poder financiar la producción de los prototipos lo más rápido posible. Los interesados en apoyar su idea pueden hacerlo votando en www.audetec.com.

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