Es el tianguis más antiguo de Querétaro y hay comerciantes que son la tercera generación en hacerse cargo del puesto. Algunos dicen que es el “tianguis de los fresas”, porque en sus pasillos se encuentran tenis por arriba de los dos mil 500 pesos, perfumes originales de 800 pesos o más y hasta comida “gourmet”.

El tianguis de La Cruz es también el único que paga licencia de funcionamiento como si fuera un negocio establecido más y desde hace 15 años a la fecha empezó a verse invadido por productos pirata que antes no se veían ahí y que son la salida para muchos comerciantes sufren una caída en sus ventas.

Los sábados y los domingos empieza la actividad desde las 4 la mañana, aunque últimamente muchos “se van haciendo flojos” y empiezan a las 5 o a las 6 de la mañana, sin embargo, se quedan hasta muy tarde a guardar su mercancía.

Algunos, como los que venden calzado, reconocen que tienen que lidiar con el enojo de los locatarios del mercado, porque dicen que el fin de semana el tianguis les roba clientes.

“Pero se les olvida que nosotros estábamos mucho antes, que ellos llegaran aquí, el tianguis es muy viejo, este puesto era de mi abuela”, señala Ximena, una de las tianguistas.

Hace ya un buen rato que en la zona dejaron de venderse perros, gatos y hasta lagartijas, porque cada vez hay más conciencia del cuidado de los animales y apenas quedan los pajareros que andan entre un pasillo y otro del tianguis o del mercado.

Pese a los cambios, el tianguis todavía conserva a muchos clientes “de toda la vida”. A Martha Ríos la llevaban a ese mercado cuando vivía con sus papás cerca del Barrio de La Cruz y ahora que tiene su casa hasta Palmas lleva a sus hijas a comprar ropa o perfumes.

“La fruta está a buen precio también, pero ya hay lugares más baratos, pero pues es La Cruz, aquí vienes a pasear o por un esquimo o a desayunar”, cuenta.

El tianguis tiene unos 400 comerciantes que pagan al año una licencia de funcionamiento de alrededor de mil 700 pesos.

“Es el único tianguis en el estado y en el país que paga licencia de funcionamiento como si fuera un comercio establecido”, asegura Víctor Hugo Franco Figueroa, integrante de la Mesa Directiva de la unión que aglutina a los comerciantes.

Aunque se cubre el costo de esa licencia municipal anual, los comerciantes le pagan 40 pesos mensuales a la Unión Miguel Hidalgo La Cruz, mientras que unos cuantos pagan 20 pesos nada más porque ocupan menos espacio en la explanada.

Para completar los ingresos, algunos de los comerciantes llevan sus productos a otros tianguis el resto de la semana, donde les cobran 5 o 10 pesos por instalarse un día y el precio cambia según los metros que utilice cada puesto.

Aunque parezca más barato ir a otros lados, los comerciantes no dejan La Cruz, porque para algunos, como Salvador, que vende juguetes, “este es un tianguis de tradición, con su cecina, las gorditas, la gente sigue viniendo, aunque no siempre compra”, platica a EL UNIVERSAL Querétaro.

Optan por productos de menor calidad

Las bajas ventas son la queja constante puesto tras puesto. Desde hace un año a todos les bajaron las ventas, por lo menos entre 70 y 80% porque “la situación económica está dura para todos en todo el país, aquí a quien le preguntes o en la actividad que sea, andamos muy mal económicamente”.

Esa misma situación hace que algunos vendedores dejen sus negocios de origen y se dediquen a la piratería.

Una de las comerciantes se niega a dar su nombre, porque hace tiempo empezó a combinar la venta de productos de belleza con las películas en clon, que le dejan más dinero.

Víctor Hugo Franco es también la tercera generación en atender el puesto de su familia. Se dedica a la venta de ropa, pero recuerda que hace tiempo llegaban fabricantes de ropa de estados como Guadalajara, el Estado de México o Michoacán a vender su mercancía hasta Querétaro.

“Venían desde allá cada fin de semana. Ya no vienen, porque antes sí se vendía, ahora ya no se vende y ni siquiera es caro, yo vendo playeras originales, de marca, a 70 pesos, eso no es caro”, considera.

Recuerda también que antes el tianguis solo vendía ropa, perfumes, calzado, bolsas, pero de 15 años para acá muchos van dejando sus giros para dedicarse a la piratería que les deja más ganancias.

El tradicional tianguis cierra a las 8 o 9 de la noche y algunos se acuerdan cuando se hizo el cambio de la explanada de La Cruz al mercado, aunque “siempre hay controversias y diferencias con los locatarios, pero se les olvida que si está el mercado es por el tianguis que estaba allá arriba, en el templo”.

Víctor también es de los comerciantes que van a probar suerte a otros puntos de venta. Él va a Celaya, San Miguel de Allende, San José Iturbide, en Guanajuato, y aunque los precios de sus productos no cambian, la gasolina hace cada vez más esporádicos los viajes.

“A veces no sale, cuando me quedo aquí pues aquí no gasto tanto en Lomas, El Tepe, Satélite. Siempre es mejor andar en los tianguis porque pagas poquito de plaza, vendes, en un local pagas luz, agua, empleados”, comenta.

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