Los toques de órdenes suenan al interior de la 17 Zona Militar, pero no es un día ordinario para los elementos castrenses que se encuentran al interior, pues los conscriptos del Servicio Militar Nacional acuden a la Protesta de Bandera. Algunos familiares los acompañan y observan la marcialidad con la que se comportan los jóvenes y la ceremonia en la que se jura lealtad al lábaro patrio.

La mañana es fría. Los jóvenes conscriptos aguantan el aire que da en brazos y rostro. Hacen un gesto adusto, como si con eso se dieran ánimo para aguantar la temperatura baja que se registra en la zona militar.

La ceremonia se lleva a cabo en una de las explanadas de la zona militar. Se instalan unas carpas para los mandos militares y los civiles, que son los familiares de las conscriptos. A los costados dos vehículos blindados con la bandera nacional flanquean a los jóvenes del Servicio Militar.

Puntuales, al más puro estilo del ejército, la ceremonia comienza con los respectivos honores a la bandera. Los presentes se ponen de pie y saludan marcialmente al lábaro patrio.

Un aire frío recorre en campo militar. Nadie de los vestidos de verde olivo se mueve. Todos permanecen firmes. Los civiles se mueven ligeramente cuando sienten la racha de aire.

Los conscriptos realizan sus ejecuciones con los fusiles en mano. El sonido cuando los ponen en posición de firmes es uno, a pesar de que son más de un centena. Son jóvenes queretanos y de los estados de Michoacán y Guanajuato, entidades que abarca la región militar.

Los familiares de los conscriptos observan emocionados a los muchachos, quienes con gesto duro responden a las órdenes. Aprenden de la disciplina militar, junto con sus valores, como la solidaridad, el espíritu de cuerpo y la vocación de sacrificio.

Muchos de ellos, quizá, terminarán abrazando la carrera de las armas, sirviendo al país en caso de desastre, protegiendo a la población civil.

Rosalino Barrios Barrios, general brigadier diplomado del Estado Mayor y jefe del Estado Mayor de la 17 Zona Militar, en representación de la Comandancia de la Zona Militar preside la toma de protesta de bandera.

Este acto constituye un motivo de orgullo para todos los presentes, principalmente para los soldados por conscripción, a quienes se les transmiten los valores institucionales de las fuerzas armadas, se dice durante la presentación de la ceremonia, en esta fecha donde jurarán defender la bandera nacional.

También se destaca la presencia de los familiares, pues se explica que la familia es ese vínculo que une a los militares con la sociedad.

Luego, el general Barrios Barrios procede a tomar protesta de bandera a los jóvenes conscriptos. Se escucha la corneta de órdenes. “¿Protestan honrar y defender con lealtad y constancia esta bandera que simboliza la independencia, el honor y las instituciones y la integridad del territorio nacional?”, pregunta en general.

Los jóvenes con un grito unísono responden “Sí, protesto”. “Si no lo hicieran así que la nación se los demande”, agrega el general Barrios.

La ceremonia concluye, pero los conscriptos no se mueven, no rompen filas. Se agradece a los asistentes su presencia y comienzan a retirarse. Se da la orden a los jóvenes romper filas y se marchan hacia uno de los edificios de la zona militar.

Algunos jóvenes se acercan a los mandos. Los saludan de acuerdo al protocolo militar con un saludo. Intercambian palabras y los muchachos se marchan, mientras los oficiales los observan.

Todo termina rápidamente. Los familiares esperaban ver a sus muchachos, pero se retiran. Algunos otros pasean y ven de cerca a los autos blindados que se colocan en la explanada para la ceremonia.

Los militares vuelven a sus actividades del día, mientras los visitantes buscan la salida, luego de presenciar como un centener de jóvenes mexicanos juraron defender la bandera mexicana con todo lo que representa.

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