Los Falcons de Atlanta se “congelaron” igual que en el Super Bowl.

Los Patriots de Nueva Inglaterra pasaron por encima de los subcampeones de la NFL 23-7.

Atlanta fue completamente inofensivo sobre la neblina que acaparó el Gillette Stadium.

El mal clima en Massachusetts asustó a los Falcons, que aparentaron no olvidar la voltereta que les hizo Tom Brady, en febrero pasado, cuando lideraban el Super Bowl 28-3 en el cierre del tercer cuarto.

Anoche, el quarterback Matt Ryan nunca encontró el ritmo necesario para mover a su ofensiva. Ni el juego aéreo, como el terrestre pudieron penetrar a la defensa de Patriots, una de las más débiles en toda la Liga, pero que mejora a cada semana.

Matt Patricia, coordinador de la retaguardia de Pats, ha mejorado la táctica. En la primera semana, ante los Chiefs de Kansas City, Nueva Inglaterrra permitió 537; anoche, 343.

La neblina no influyó en Brady.

El veterano quarterback acertó 21 pases de los 29, dos de ellos para touchdown, que lanzó para 249 yardas.

El inmueble en Foxborough no desaprovechó la oportunidad de meterse en la cabeza de sus rivales. Muchos aficionados llevaron pancartas de recuerdo del triunfo de Nueva Inglaterra en el Super Bowl L1. Otros fanáticos portaban playeras burlándose de cómo Atlanta dejó escapar el trofeo Vince Lombardi.

Lo único positivo para los Falcons fue que Julio Jones, receptor estrella del conjunto de Georgia, atrapó su primer pase en las diagonales. Ryan lanzó 233 yardas, pero lo que le faltó a la ofensiva de los Falcons fue el juego terrestre. De los cuatro corredores que utilizó el head coach Dan Quinn sólo acumularon 120 yardas.

El pateador Matt Bryant tampoco le ayudó a Ryan, ya que falló los dos goles de campo que tuvo en el encuentro.

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