RÍO DE JANEIRO.— Carlos Salcido e Hiram Mier se barrieron por simple compromiso. Los dos sabían que el esfuerzo era inútil. Mario Balotelli ganó la batalla de los sentimientos a Francisco Javier Rodríguez. Única opción clara de gol que tuvo el italiano, suficiente para un depredador como él.

Descuido que volvió estéril el ímpetu y rasgos de buen futbol mostrados sobre el histórico césped del estadio Maracaná. El invicto de José Manuel de la Torre como estratega nacional terminó en el juego 19, ante un verdadero peso completo, de esos que no perdonan si tienen la posibilidad.

Revés (1-2) que agrava la crisis de la Selección Mexicana, más allá que mostró ciertos avances, con relación a lo hecho en la eliminatoria mundialista, sobre todo de actitud. Muy poco si se enfrenta a Italia, cuyo estilo es un poco menos defensivo, pero igual de despiadado.

Antes de marcar la anotación de la diferencia, el polémico atacante de la Squadra Azzurra había protagonizado dos espectaculares berrinches, porque el árbitro chileno Enrique Osses no señaló claras faltas sobre él. Parecía desconectado, presa de la ira. Diagnóstico equivocado.

Utilizó su cadera y brazos para quitarse de encima al capitán tricolor. Lo demás, rutinario si se es uno de los mejores delanteros en el mundo (77’). Entonces volvieron los fantasmas y la desesperación. Salcido pegó un grito de impotencia, mientras Corona iba a recoger el esférico que acababa de pasarle entre las piernas.

Otra destacada noche del guardameta mexicano, solvente en casi todo lo atajable, pero lució indiferente ante la calidad de genios como Andrea Pirlo, a quien sólo Balotelli osó retarlo cuando el silbante señaló aquella falta de Héctor Moreno.

Los casi 70 mil asistentes a la catedral del futbol brasileño sabían que el maestro de cabellera larga, barba tupida y delicados pies acariciaría el balón. Lo envió cerca del travesaño, inmejorable forma de celebrar su centenario de encuentros con la tetracampeona del mundo. Corona hasta bajó el brazo izquierdo. Sabía que era imposible desviarlo. O eso hizo parecer.

Pesadilla olvidada gracias al arrojo de Giovani dos Santos. El todavía atacante del Mallorca no dio por perdido el esférico que parecía ir tranquilo hacia Gianluigi Buffon. Aprovechó la indecisión de Andrea Barzagli para metérsele en el camino.

Penalti inobjetable.

Javier Hernández lo hizo efectivo (33’). El chico mostró temple, ese que le permitió añadir a Italia en su lista de campeones mundiales a los que les ha anotado. El resto son Francia, Argentina, España y Brasil. Primer futbolista mexicano que horada la portería de cinco selecciones que han levantado la Copa FIFA.

Ya es el cuarto mejor anotador en la historia del Tri. Alcanzó a Luis Hernández (33). Le quedan Carlos Hermosillo (35), Cuauhtémoc Blanco (39) y Jared Borgetti (46). Cifra anecdótica después del error del Maza en la marca a Balotelli.

Por eso Salcido gritó de desesperación, en sincronía con el gesto de dolor del Chepo, quien se llevó las manos a la cabeza y resopló.

No hubo regalo en el día del padre. Sólo la continuación del dominio que la Nazionale ejerce sobre el Tricolor (siete victorias, cuatro empates y una derrota). Doloroso comienzo en un torneo que debería servir como bálsamo, después de la terrorífica eliminatoria mundialista. El efecto resultó completamente inverso. La crisis se ha agravado, porque ni con un juego medianamente bueno, el Tricolor del Chepo es capaz de ganar.

Google News

TEMAS RELACIONADOS