Hablar del clima es con toda certeza, la manera más frecuente en la que dos o más personas que no se conocen 
o que coincidien en algún evento social, inician una conversación con el propósito inmediato de romper el hielo, lo cual resulta contradictorio en esta temporada del año, pues vaya que hay material a tratar, con el puro hecho de estar conectado con el entorno a través del teléfono móvil y el ambiente se encuentra en temperaturas muy similares a las del clima que ha prevalecido a lo largo de las últimas semanas del mes de mayo y los primeros días de este junio.

Sin un orden de prioridad o importancia, hablar de elecciones, futbol, cambio climático, tipo de cambio, guerra comercial, corrupción, inseguridad, etcétera, son ya los temas inmediatos en cualquier reunión familiar o social y resultan un extraordinario pretexto para iniciar una conversación. Pero también tiene sus consecuencias cuando coinciden más algunas diferencias y con una facilidad inexplicable, la temperatura se eleva y en un instante se pasa de romper el hielo 
a romper lanzas.

Vivimos una época donde la cantidad y la velocidad de la información son tales que socavan la armonía y el margen de tolerancia, haciendo que nuestra convivencia esté sujeta a un mayor índice de desencuentros, dañando también el frágil tejido social y llevando a las personas a asumir posturas radicales, partiendo del error de aceptar como verdaderas muchas de las notas o publicaciones que se realizan en las redes sociales. Necesitamos un poco de sombra y mucha cordura, junto con agua para hacer frente este calor que parece romper récords históricos en la región.

Según la opinión de algunos expertos, la onda de calor que vivimos en estos días responde al debilitamiento del fenómeno conocido como La Niña y se modifica la fase cálida conocida como El Niño, que ocurre cuando cambia la temperatura de los océanos y en consecuencia la de la superficie terrestre. Un tema bastante interesante para conocerlo y que nos permita entender, con un poco más de certidumbre, lo que sucede alrededor del clima en este planeta.

Mientras tanto, es fundamental tomar las precauciones para que el impacto de los rayos solares no nos afecten. Ojalá y también hubiera sombrillas y bloqueadores para prevenir muchos de los otros temas que actualmente nos aquejan como sociedad.

Haciendo memoria, recuerdo temperaturas altas en esta ciudad en algunos años de la década de los 70 y particularmente por las noches se sentían más cálidos, cuando entonces poco o nada se podía hacer al respecto en esta ciudad que hospedaba el calor extremo apenas algunos pocos días al año, haciendo que, salvo otros pocos en invierno, la gran mayoría del tiempo se disfrutara de un clima agradable en todos los aspectos.

Creo que el calor extremo se prolongará, para algunos, hasta julio, una vez que concluya el proceso electoral y para otros las esperadas lluvias y el campeonato mundial de futbol serán un bálsamo que equilibre esas temperaturas tan altas que hoy nos acongojan. Lo más importante es no dejar de reconocer que el cambio climático sigue generando nuevas condiciones y consecuencias a diestra y siniestra. Es sin duda, otro de los temas que deben permanecer en nuestra agenda social, si en verdad deseamos que las generaciones actuales y las venideras, puedan seguir disfrutando de días agradables, de charlas amenas y rompiendo el hielo para convivir mejor, particularmente en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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