Sabemos quienes simplemente nos gusta andar por la vida y responder exclusivamente a lo que se nos va presentando en el camino, el cual muchas veces recorremos una y otra vez, sin darnos  cuenta que estamos inmersos en ciclos casi permanentes. Puede resultar un poco más seguro y confortable, pero también nos impide ampliar horizontes y mirar más allá, a la distancia de un mejor porvenir.

Otros, desde temprana edad, disfrutamos de las promesas de una gran aventura  y pareciera que cada vez que levantamos la vista, nuestra expresión se maravilla con lo desconocido e incierto que aparece en el horizonte lejano, como lo podemos constatar en la mirada de este osezno, cautivado ya por algo que logra ver en la distancia a diferencia de otros.

En la actualidad, el uso de la tecnología, como una ironía de la vida, nos obliga más a inclinar la cabeza que a levantarla. Sería verdaderamente interesante que tengamos la posibilidad de equilibrar entre ser sólo destinatarios de sus beneficios o ser parte de quienes con ella logran mirar mucho más allá, buscando construir un mejor porvenir para ellos y para los demás.

Seguramente esa actitud, tanto al personaje de la foto como a algunos de nosotros, nos pueda acarrear muchos retos y problemas que resolver, pero la recompensa del conocimiento al paso del tiempo, se vuelve una de las mayores riquezas, tanto donde habita este pequeño oso, como en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Twitter: @GerardoProal

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